Desde que se conoció del nuevo juego que practican los jóvenes en los colegios del país llamado el «rompe cráneos» las alarmas entre los representantes y docentes ha ido en aumento debido a los riesgos que trae para los estudiantes.
El mismo consiste en hacer caer a uno de los participantes mientras está descuidado, puede ser mientras salta, usando cuerdas o prendas de vestir para halar sus piernas e incluso con giros a alta velocidad.
Giovanni Provenza, médico especializado en Traumatología, explicó que los daños al organismo que pueden ocasionar este tipo de prácticas y alerto que los mismos pueden detectarse en mediano y largo plazo.
Mientras que Yelena Yánez, presidenta del Colegio de Psicólogos del Estado Miranda (Cpem), destacó las consecuencias psicológicas por este tipo de caídas infringidas que pueden alterar la forma en cómo los niños se relacionan con su entorno.
En un trabajo hecho por El Pitazo, se recogen datos sobre los daños que pueden sufrir los jóvenes al practicar estos juegos:
Daño físico
Lesiones en la espalda: por la forma de caer se puede causar fractura, hernia discal o desgarre muscular.
Huesos: la caída también puede ocasionar factura en tobillos, piernas, muñecas, brazos y en algunos casos rotura de cadera o pelvis.
Lesiones en la cabeza: pueden ser las consecuencias más complicadas, con efectos en el largo plazo. Están relacionadas con daño cerebral, por fractura de cráneo. Esta lesión se manifiesta en dificultades motrices, problemas de memoria o de comportamiento y fallas en los procesos de aprendizaje.
En ligamentos y tendones: se pueden originar desgarres en pies, rodillas o piernas. Estas varían de leves a graves y requerirían fisioterapia e incluso cirugía, para una plena rehabilitación.
Secuelas psicológicas
Ansiedad: las secuelas psicológicas de una caída serán diferentes según la magnitud del impacto físico. Los trastornos de ansiedad son el primer signo a atender.
En general, los efectos emocionales en el caso de caídas son similares a los del bullying. Asociados al estrés que se genera antes y durante de la participación en esta clase de retos. Aspectos como la presión social y la hostilidad del entorno favorable a violencia agravan la condición.
Además pueden afectar la interacción social a futuro y propiciar los siguientes consecuencias como pérdida de autoestima, agresividad, culpabilización, bajo desempeño académico.
En todos los casos los expertos recomiendan realizar un acompañamiento y consultar a expertos, para reducir todas las implicaciones en la vida y desarrollo de los adolescentes.
Redacción Maduradas con información de El Pitazo.
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