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¡ATERRADOR! El desesperado ruego de una víctima a sus violadores y la estremecedora confesión de uno de ellos

El caso de Hannah Cornelius sigue estremeciendo al mundo: fue víctima de una violación grupal y un sangriento asesinato.

Foto: The South Africa.

Antes de morir, aunque posiblemente sabía que no saldría con vida de aquel brutal ataque, ella suplicó a sus agresores para que no la asesinaran.

En mayo de 2017, la estudiante sudafricana salía de una fiesta en compañía de su amigo Cheslin Marsh, de 22 años, cuando fue secuestrada por cuatro sujetos. Les robaron el dinero y sus celulares y los llevaron en el carro de Cornelius hasta la casa de un vendedor de metanfetaminas. Allí estuvieron largo rato.

Actualmente se lleva a cabo el juicio por los hechos ocurridos ese día. Los cuatro homicidas han revelado detalles escalofriantes de lo que ocurrió aquella noche, cuando golpearon a Marsh hasta creer que lo habían matado y se ensañaron con Hannah.

La muchacha, en un intento desesperado por salvar su vida, les dijo a sus agresores que les permitiría tener sexo con ella si no la asesinaban, por lo que ellos la violaron uno a uno, pero luego la asesinaron.

Así lo confesó uno de los acusados, Geraldo Parsons, de 27 años, quien rompió el silencio durante el interrogatorio en la corte y contó como ocurrió todo. Sus declaraciones hundieron la coartada de los demás criminales, identificados como Vernon Witbooi, de 33; Nashville Julius, de 29, y Eben van Niekerk, de 28.

Parsons declaró: «Atacamos al hombre del lado del pasajero. Dijimos ¡dinero, teléfono, ahora! Luego me incliné sobre el asiento del conductor y abrí la puerta. Salí y me fui de ese lado. Entonces vi que Eben y Nashville estaban con nosotros. Mi intención era llevarnos el auto después de robarlos. Quería dejarlos ir después de que robáramos el auto. Le pregunté a Hannah dónde estaban las llaves’ pero ella dijo que no sabía. Encontré las llaves. Tomé el coche».

Continuó: «Condujimos hacia Kraaifontein, Cheslin en el maletero y Hannah al frente. Llegamos a una casa donde normalmente fumábamos, en Kraaifontein. Nos detuvimos y entramos a la casa. Encontré al narcotraficante y le pregunté si tenía una pipa. Él nos dio una pipa. El hombre era un xhosa, no sé su nombre. Íbamos a atar a Cheslin y lo dejaríamos hasta el amanecer. Lo saqué del baúl. Vernon salió y Eben observó a Hannah. Sacaron a Cheslin y se alejaron del auto. Vernon dijo que Cheslin debía acostarse boca abajo. Vernon tenía dos ladrillos en la mano. Me dijo: ‘Debemos matar a este tipo’. Creí que bromeaba. Yo solo quería robar el coche. Vernon arrojó el ladrillo a la cabeza de Cheslin. Me aparté y vi lo que pasó. No pude encontrar una roca. Vernon terminó y volvimos a subir al coche. Salí del área. Antes de llegar a la carretera».

Parsons aseguró que Vernon le contó que la víctima dijo que podrían tener sexo con ella, pero que luego la deberían dejar ir.

«Mientras conducía, Vernon me dio un condón, no sé de dónde lo sacó. Vernon dijo que Hannah dijo que podíamos tener sexo con ella, pero luego deberíamos dejarla ir. Vi en sus ojos que estaba aterrorizada. Dijo que podíamos tener relaciones sexuales, pero vi que ella no quería. Fuimos hasta un lugar en Bottelary Road. Fumamos una pipa y preguntamos quién sería el primero. Dije que yo sería el primero. Tuve relaciones sexuales con ella, pero no me sentí bien porque tengo una novia con hijos, pero lo hice. Terminé y tiré el condón al suelo. Vernon entonces también tuvo sexo con ella. Eben también tuvo relaciones sexuales con ella. Le dije a Vernon que deberíamos dejar ir a Hannah. La colocamos en el maletero para que no viera a dónde íbamos. Luego nos fuimos a aquella granja».

Así siguió su relato: «Ella no quería salir del baúl. Se aferraba al automóvil. Comenzó a entrar en pánico. Eben se acercó y la apuñaló. La dejé ir cuando la sangre comenzó a derramarse. Entonces vi a Vernon llegar con una roca. Le dije a Vernon: ‘No la mates, ya hemos matado a Cheslin, dejémosla’. Pero Vernon arrojó la roca sobre la cabeza de Hannah».

El amigo de Hannah, Marsh, había quedado inconsciente por el ataque, aunque todos pensaron que estaba muerto y lo dejaron tirado allí. Cuando despertó llegó a una casa cercana para pedir ayuda y alertó sobre la desaparición de su amiga. Luego quedó hospitalizado.

«Perdí la conciencia y cuando me desperté tenía un dolor horrible, en todas partes. La última vez que escuché a Hannah hablar, su voz era muy suave, y podría decir que estaba asustada«, relató la víctima.

Por su parte, el médico forense Deidre Abrahams indicó que la violación grupal “habrá sido una experiencia muy dolorosa para la víctima».

Explicó además que emplearon mucha violencia para matar a la joven pues le destrozaron el cráneo.

«El cráneo está hecho de huesos muy fuertes. No es fácil que se rompa o se quiebre, a menos que se use mucho poder para romperlo».

Redacción Maduradas con información de Infobae.

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