«No es que me dé pena decir que soy militar sino que lo evito porque no sé cómo lo vean las personas que están mi alrededor«, relata un militar activo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en entrevista con Infobae.
Foto: Diario Las Américas
Caminar en la calle con el uniforme resulta es impensable por la forma en que ven muchos a los militares: como una figura represiva. «Ya no hay respeto hacia el uniforme, hacia nosotros. Entonces, para cuidar mi integridad física, prefiero no usarlo para salir«, dice el uniformado.
A diferencia de lo que ocurría antes, hoy muchos batallones recomiendan a sus soldados no salir a la calle con el uniforme para evitar agresiones por parte de los ciudadanos.
María, una militar venezolana de 23 años, contó lo difícil que se le ha vuelto la vida dentro de la FANB. La funcionaria, que no había dormido ni comido por más de 24 horas, se estaba preparando para ser sargento. Estar dentro de la Fuerza Armada no era algo que la hacía sentir orgullosa y no se lo recomendaba a nadie:
«Cuando mi hijo de cuatro años me dice que de grande quiere ser como yo, le respondo que no, que haga lo que sea, menos esto«.
Un día que salió con el uniforme alguien le gritó «maldita chavista». Pero esto es apenas un poco de lo que ha tenido que escuchar. Sin embargo, ya lo toma como algo normal, porque «forma parte del entrenamiento».
Para Luis, otro soldado que hace guardia en el Paseo Los Próceres, el repudio hacia los militares ocurre debido a que algunos funcionarios «no saben tratar» a los ciudadanos.
«Uno mismo hace perder el respeto porque hay quienes están obstinados y no saben cómo tratar a las personas y por uno pagamos todos», explicó el joven de 19 años de edad.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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