Con la presencia de quizás unos cincuenta oyentes, Nicolás Maduro pidió “acabar con la pobreza y la miseria” en su discurso en la sede de la Organización de las Naciones Unidas. Muchos abandonaron sus sillas y otros ni hicieron acto de presencia mientras el presidente de Venezuela tomó la palabra para exaltar las bondades de la revolución en Venezuela.
Con un país endeudado, con la inflación más alta del mundo, un pueblo en colas por comida y la inseguridad sin control, el gobierno de Nicolás Maduro despierta poco interés entre el resto de los mandatarios. Tal parece que ya nadie se cree sus mentiras.
Incluso, la embajadora alterna ante la ONU, María Gabriela Chávez, no se hizo presente. ¿Así o más bochornoso?
Vía La Patilla.