“Creemos que la probabilidad de una transición política en Venezuela parece ser mucho más alta de lo que el mercado ha estado valorando”, así declaró la firma de inversión Barclays en su más reciente informe.
Los analistas consideran que los niveles de popularidad de Maduro, aunque levemente superiores a los de febrero, son similares a los del ex presidente Carlos Andrés Pérez cuando fue forzado a abandonar el poder. En este contexto, los partidos tradicionales no pudieron evitar el deseo de cambio de la población, lo que llevó a la elección de Hugo Chávez en 1998 como presidente de la República.
Aunque la crisis económica ha afectado políticamente al gobierno, el efecto de la “solidaridad” generada por las sanciones de los Estados Unidos sobre 7 funcionarios venezolanos se ha sentido en las últimas mediciones sobre la aprobación de Maduro.
El informe cita un sondeo de Datanálisis que muestra que la recuperación del apoyo al presidente en marzo fue de 3,5 puntos porcentuales, aunque considera que este efecto parece ser pequeño y de corta duración: el impacto de otros picos, como el experimentado durante el llamado “Dakazo”, desapareció completamente después de tres meses.
“A pesar de la incertidumbre sigue siendo alta, la probabilidad de transición política en Venezuela parece ser mucho más grande de lo que el mercado ha estado valorando”, aseveraron los autores del reporte.
Sin embargo, de acuerdo a la misma encuesta, la percepción de la situación del país sí registró una significativa mejoría, al registrar una declinación de 8,6 puntos porcentuales en las evaluaciones negativas. “Esto sugiere que el gobierno al menos pudo distraer la opinión pública de la crisis económica y reducir el nivel de responsabilidad que la gente le atribuye a Maduro y su administración por los principales problemas del país de 63,8% a 54,2%”, detalla.
Salida inminente
Aunque la situación de Venezuela en la actualidad es diferente a la de los años ’90, las encuestas muestran que 60% de la población cree que Maduro debe terminar su mandato en 2015 o ser removido por referendo revocatorio en 2016. El informe destaca que la historia ha demostrado que cuando Venezuela alcanza puntos álgidos, las partes interesadas clave y parte del sistema se mueven al lado que favorece el cambio.
“Todos los principales actores políticos están pensando solo en el corto plazo, y no hay claridad sobre lo que harán después de las elecciones, dejando un escenario de gran incertidumbre para 2016. (…) Un cambio de régimen puede no solo representar cambio en las políticas sino también generar acceso a fuentes de financiamiento que la administración actual no tiene, lo cual puede contribuir a la liquidez en el corto plazo”, concluye.
Con información de El Estímulo.