Un ataque de drones contra dos importantes instalaciones petroleras sauditas perturbó gravemente la producción del reino, y provocó un aumento de tensión entre Washington y Teherán. Un responsable estadounidense acusó a Irán de estar detrás de un “ataque sin precedentes contra el suministro energético mundial”.
La infraestructura energética saudita ha sido ya afectada varias veces por los rebeldes hutíes chiitas de Yemen, pero este ataque es de otra magnitud: Tuvo como objetivos la mayor fábrica de procesamiento de Aramco –el gigante petrolero saudí–, situada en Abqaiq, y uno de los principales campos petroleros de la empresa pública en Jurais (este). Ello obligó a Aramco a suspender temporalmente la mitad de su producción.
Sin embargo, se ignora la magnitud de los daños y las armas utilizadas. Los periodistas han sido mantenidos a distancia de las instalaciones.
“Ello va a centrar la atención en la guerra de Yemen”, donde Arabia Saudita interviene desde 2015 al frente de una coalición armada, opina James Dorsey, experto de la S. Rajaratnam School of International Studies de Singapur.
¿Quién es responsable?
Los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, afirman haber disparado varios drones, lo que constituiría su ataque más ambicioso.
El secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo acusó a Teherán. Este domingo 15 de septiembre, Irán calificó esas acusaciones de “sin sentido”.
Responsables estadounidenses y sauditas investigan, según el Wall Street Journal, sobre la posibilidad de que el ataque se llevara a cabo con misiles de crucero lanzados desde Irak o Irán. Bagdad negó este domingo cualquier implicación.
¿Suministro mundial afectado?
Estos ataques, que han provocado una reducción del 6% del suministro mundial de petróleo, pueden causar un aumento de los precios del crudo en los mercados el lunes.
Aramco declaró que recurrirá a sus reservas para compensar la pérdida.
Este incidente podría mermar la confianza de los inversores en el gigante saudí. Aramco planea salir a bolsa entre 2020 y 2021 y lanzar al mercado aproximadamente 5% del capital de la empresa, con lo que captaría unos 100.000 millones de dólares. Ello supondría la mayor operación de este tipo en el mundo.
¿Un largo conflicto?
Si se estableciera la responsabilidad directa de Irán, se anuncian nuevas y graves tensiones con Estados Unidos y pondría fin a la relativa moderación expresada recientemente por el presidente Donald Trump frente a Teherán.
En junio, Trump anuló a última hora un bombardeo contra Irán. El presidente estadounidense quiere además organizar una cumbre con su homólogo iraní durante la asamblea general de la ONU, que se inicia la próxima semana en Nueva York.
Pero estos bombardeos van a exacerbar aún mas la rivalidad entre Arabia Saudita, potencia sunita, e Irán, su gran enemigo chiita en la región.
¿Por qué Riad no logra parar los ataques?
Arabia Saudita ha invertido miles de millones de dólares en material militar pesado, pero su arsenal se ha revelado ineficaz contra los hutíes, una milicia tribal desordenada, pero muy motivada y especialista en las tácticas de guerrilla.
Al mismo tiempo, lo ocurrido demuestra la creciente amenaza que representa para Arabia la mejora del armamento de los hutíes, en especial sus misiles balísticos y sus drones sin piloto.
Los pozos de petróleo del reino, esparcidos en una amplia zona geográfica, son un objetivo difícil, pero sus instalaciones de procesamiento están mucho más expuestas.
La usina de Abqaiq es la más “vulnerable”, según el Center for Strategic and International Studies, basado en Washington.
La amplia red de oleoductos, estaciones de bombeo y terminales de Aramco a lo largo del Golfo y del mar Rojo también está expuesta. En mayo, el ataque a dos estaciones de bombeo por un dron provocó la suspensión de las operaciones durante varios días.
Redacción Maduradas con información de AFP
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