La crisis en Venezuela ha obligado a que muchos ciudadanos tengan que emigrar en busca de un futuro mejor en otras tierras, lo que ha dejado muchas familias separadas y madres que actualmente están a miles de kilómetros de distancia de sus hijos y su mayor deseo es verlos regresar a su hogar.
El Día de las Madres es una de las fechas más celebradas en el país, en el segundo domingo de mayo se hace homenaje a las progenitoras, se comparten momentos en familia, se hacen obsequios para brindarles reconocimiento por la labor de la maternidad.
Para muchas madres este día ya no tiene un matíz alegre y de reunión familiar, ahora añoran volver a encontrarse con sus descendientes, quienes forman parte de la conocida diáspora venezolana.
Sara Escalante, quien tuvo tres hijos y ocho nietos, no tiene a ninguno de sus familiares en el país: “El año pasado se fue el último de mis hijos a Australia, el mayor está en Estados Unidos, el segundo se fue a España. Acá ya no podían continuar, incluso el último de mis nietos no lo conozco en persona porque mi nuera dio a luz allá en donde están».
Para todos fue difícil tomar la decisión de emigrar, contó la mujer, quien asegura que ellos no querían dejarla sola en el país, pues ella enviudó hace cinco años.
“Como madre venezolana, te tienes que hacer la fuerte por tus hijos, para poder sacarlos adelante, tuve que decirles con aplomo que debían pensar ahora en la familia que habían decidido formar, y tenían que darles lo mejor, si ello era lejos, pues valdría el esfuerzo”, explicó.
“Acá en la zona sólo me quedaba mi hermana mayor, y algunas amistades que hice en la vida; mi hermana no tuvo hijos, ella vendió su apartamento y se vino a vivir conmigo, estamos ahora las dos, como cuando éramos solteras y vivíamos juntas”, manifestó.
Otra de las historias que se suma a la realidad de las madres venezolanas es la de Yuri Aguado, quien se casó hace dos años, y tiene un hijo de un año, su esposo se fue a probar suerte en Colombia desde hace seis meses, y ella está con su suegra preparando todo para salir a reencontrarse con su pareja y hacer vida fuera de Venezuela.
“Nos casamos con mucha ilusión, sabíamos que no iba a ser fácil, es que nada lo es, pero ahorita es más complicado todo; a él lo llamaron unos amigos que se habían ido, y como les va bien le ofrecieron intentarlo. Gracias a Dios ya consiguió un buen empleo, nos toca a nuestro hijo y a mí entonces irnos”, detalló Yuri.
“No soy de acá de Guayana, nací en Acarigua, en Portuguesa, me costó dejar a mis padres, ahora creo que será más fuerte, también me pegué con la familia de mi esposo, pero por nuestro hijo y los que aún queremos tener, debemos hacerlo, ojalá luego podamos regresar”, expresó.
Redacción Maduradas con información de La Patilla.
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