Antonio Ledezma, exalcalde metropolitano en el exilio, suplicó este miércoles al gobierno de Chile, dirigido por Sebastián Piñera, no cerrarle las puertas a los migrantes venezolanos que escapan de la crisis provocada por el régimen de Nicolás Maduro.
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«Mientras en Venezuela millones de seres humanos resisten el acoso de un régimen cruel, otros millones de ciudadanos emigran de su propia tierra natal buscando salvarse (…) En ese esfuerzo desesperado algunos dan pasos sin reparar si tienen o no permisos para pisar el suelo ajeno«, expresó en un comunicado luego de la deportación de un grupo de migrantes venezolanos y colombianos que se encontraban en la frontera de Chile.
En este sentido, pidió a la comunidad internacional comprensión y compasión por estas familias venezolanas que por estado de necesidad huyen de su propio país.
«¡Por Dios! No le cierren las puertas a los venezolanos, no los tiren a las pailas de ese infierno que encarnan los tiranos que nos desgobiernan», escribió Ledezma.
Y agregó: «Tengan presente que las puertas de Venezuela se abrieron, de par en par, para recibir a miles de ciudadanos de cualquier parte del mundo que huían de guerras, dictaduras y calamidades«.
En horas de la mañana de este miércoles 10 de febrero, fue deportado el primer grupo de más de 100 migrantes, la mayoría de ellos de origen venezolano, que habrían llegado a la frontera norte de Chile de forma, supuestamente, ilegal.
La expulsión se ejecutó en un avión de la Fuerza Aérea chilencia, el cual partió desde Iquique y hará dos paradas: una en Caracas y otra en Bogotá (Colombia).
A través de imágenes compartidas por redes sociales, se pudo apreciar que los ciudadanos portaban trajes de seguridad al momento de abordar el avión.
A continuación, el comunicado íntegro:
«Mientras en Venezuela millones de seres humanos resisten el acoso de un régimen cruel, otros millones de ciudadanos, entre los que se identifican a mujeres, hombres y niños, emigran de su propia tierra natal buscando salvarse del acoso que pone en riesgo sus vidas.
En ese esfuerzo desesperado algunos dan pasos sin reparar si tienen o no permisos para pisar el suelo ajeno, por donde se desplazan como parte de esas caminatas signadas por la desesperación y el dolor.
No apuramos la migración ilegal, pero sí pedimos comprensión y compasión para esas familias venezolanas que por estado de necesidad huyen de su propio terruño, secuestrado por esa corporación criminal que representa una amenaza seria para sus vidas.
Tomen en cuenta los informes de la ONU, uno rubricado por la expresidenta Michelle Bachelet, en el que se certifica que en nuestro país, desgraciadamente, impera un régimen que comete crímenes de lesa humanidad y otro en el que se ratifica que en Venezuela se desarrolla una crisis humanitaria compleja.
¡Por Dios! No le cierren las puertas a los venezolanos, no los tiren a las pailas de ese infierno que encarnan los tiranos que nos desgobiernan, tengan presente que las puertas de Venezuela se abrieron, de par en par, para recibir a miles de ciudadanos de cualquier parte del mundo que huían de guerras, dictaduras y calamidades.
La crisis humanitaria venezolana no se resuelve con medidas policiales ni militarizando las fronteras. Más bien hay que remediar las trabas que presentan los sistemas de visados, engorrosos y lentos que dan pie a la desesperación de las personas que procuran poner al día su estatus migratorio.
Tomen en cuenta el ejemplo de las medidas asumidas por el presidente Iván Duque, que regularizó la situación de miles de venezolanos que también ingresaron, forzosamente, a territorio colombiano por vías irregulares. Usen la fuerza legítima no contra las víctimas de esa narcotiranía madurista, sino contra quienes son una seria amenaza para la paz de Venezuela y la de toda la comunidad internacional.
Afectuosamente se despide de ustedes, con este pensamiento de Isabel Allende: “El exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance”.
Redacción Maduradas
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