El aumento salarial del 15% que Nicolás Maduro les ofreció a los trabajadores cayó muy mal en el seno de las Fuerzas Armadas. El énfasis que puso el presidente Maduro en anunciar que a los militares les regalaría un aumento salarial del 45% en vísperas de la Navidad cayó muy mal en el país que cada vez produce más pobres con una inflación del 70% y cuyo billete de más alta denominación, 100 bolívares, cuesta menos de un dólar estadounidense. Días más tarde ofreció un aumento a los trabajadores de solo un 15%.
Por ello cayó muy mal en el seno de las Fuerzas Armadas lo que Maduro pensó alegraría a los uniformados. La percepción generalizada es que fue hecho “para tranquilizar el malestar que se expresaba a lo interno militar” ante la grave situación social, financiera y económica por la que atraviesa Venezuela. Más aún cuando el régimen no adopta las medidas necesarias para revertir el curso de la crisis pues sigue aferrado al fracasado socialismo comunista del siglo pasado.
El aumento -que aunque exagerado está por debajo de la inflación- fue percibido por los ciudadanos como “una compra de lealtad”. Lo ven como discriminatorio al darle a las FABV un trato privilegiado. Un oficial nos relataba que Chávez los había enseñado que en momentos de crisis sus fuerzas armadas debían dar el ejemplo estando en situación similar a su pueblo.
Arde la Guardia Nacional
La propuesta del nuevo ministro de la Defensa, el Gral. Padrino López de fusionar la Milicia Bolivariana con la GNB trajo un enorme descontento al seno de este componente. Cuando el llamado “comandante eterno” tomó aquella medida de llevar a todos los suboficiales de carrera a homologarlos en grados de oficiales superiores creó un malestar aún no superado podemos imaginarnos hoy como se sentirán los Guardias Nacionales. Explicamos que un oficial de la GNB tiene una preparación profesional amplia que le permite actuar no solo en operaciones de orden público sino también de fiscalización y control aduanero con preparación administrativa y financiera además de que sus miembros participan en comandos aéreos, terrestres, marítimos y fluviales. El colmo sería asimilar esa milicia –incluye viejos y viejas en la tercera edad- sin perfil profesional a la Guardia. Menos del 5% podría estar apto para la guardia. Mientras el gobierno les paga sus salarios solo por uniformarse. Añádase el descontento que produjo el nombramiento del muy cuestionado General Néstor Reverol al frente de la GNB. Las acusaciones contra el militar que estuvo al frente de la agencia antidroga venezolana, ONA, lo vinculan estrechamente al hoy gobernador de Aragua, Tareck el-Aissami y sus acusaciones fueron muy cuestionadas. Se dice que la presencia en Washington como testigo protegido del ex militar del 4F y gobernador de Aragua, Rafael Isea, lo implica en hechos delictivos junto a su protector. La GNB pensaba que quien sería nombrado era el general Benavides quien no solo era el oficial más antiguo sino que pensaban sería recompensado por haber sido muy duro, dirigiendo la represión, en algunos momentos vividos en Caracas de conmoción social…
Como en la peluquería
Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela se ha convertido en una copia mala del vulgar y estrellado (por los cubanos de Raùl) ex conductor «Mario Silva» de la TV Roja Rojita. Con su programa semanal «Con el mazo Dando» Cabello estimula las delaciones y acusaciones entre los venezolanos al ofrecer estímulos a los llamados «Patriotas Cooperantes» (una copia burda de los CDR cubanos) y asegurarles serán tomados en cuenta en las próximas asignaciones presupuestarias del gobierno. Cabello aparece en un lùgubre estudio al mejor estilo de la CMQ en sus comienzos en La Habana o a la TVN Canal 5 de Caracas que fue la estación emblemática del dictador Pérez Jiménez. Cabello le hace honor a su apellido pues el programa con su monologo y con los invitados parece una buhardilla de chismes de peluquerías.
Guapa y apoyada
Tal como se los informe la semana pasada Delcy Eloina Rodríguez Gómez quiere ser Magistrada al TSJ y como tal acudió a llevar su solicitud al Comité de Postulaciones pero oh sorpresa le faltaban recaudos y que dijo la Doctorisima “tranquilo yo hablo con Nicolás”, que maravilla ser guapa y apoyada. Pero bueno vamos a ver como demuestra que calza todos los requisitos.
Otra guapa y apoyada que aspira ser magistrado es la secretaria de la comisión de política interior de la Asamblea Nacional Celeste Liendo quien no cumple con los requisitos pero es amiga de los miembros del comité de postulaciones a magistrado del TSJ, así que ojo estamos pendientes.
Aquí les recordamos a los miembros del comité los requisitos para ser magistrado:
Las Magistradas y Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia son elegidos por la Asamblea Nacional. Tienen una duración en sus cargos de doce (12) años, por un único período.
Artículo 263. Para ser magistrado o magistrada del Tribunal Supremo de Justicia se requiere:
1.- Tener la nacionalidad venezolana por nacimiento y no poseer otra nacionalidad.
2.- Ser ciudadano o ciudadana de reconocida honorabilidad.
3.- Ser jurista de reconocida competencia, gozar de buena reputación, haber ejercido la abogacía durante un mínimo de quince años y tener título universitario de postgrado en materia jurídica; o haber sido profesor universitario o profesora universitaria en ciencia jurídica durante un mínimo de quince años y tener la categoría de profesor o profesora titular; o ser o haber sido juez o jueza superior en la especialidad correspondiente a la Sala para la cual se postula, con un mínimo de quince años en el ejercicio de la carrera judicial, y reconocido prestigio en el desempeño de sus funciones.
4.- Cualesquiera otros requisitos establecidos por la ley.
No pueden ser simultáneamente Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, quienes estén unidos entre sí por matrimonio, adopción, parentesco en línea recta o en línea colateral dentro del cuarto (4º) grado de consanguinidad o segundo (2º) de afinidad. Tampoco podrán los Magistrados ejercer otros cargos, profesiones o actividades que sean incompatibles con sus funciones y que no constituyan fines públicos remunerados, tales como ser miembros de comisiones codificadoras, redactoras o revisoras de leyes, ordenanzas o reglamentos. Pueden ejercer cargos académicos y docentes, a menos que éstos sean a tiempo completo y sean incompatibles.
Por Diario de las Américas / Color de Hormiga