Klara García Casado, de 16 años, decidió irse con unas amigas y compañeras del Instituto Isla de León, donde estudiaba, hacia el parque El Barrero, y esta sería la última vez que se supo de su existencia.
Infobae.
Las amigas Raquel Carlés Torrejón, de 17 años e Irina Suárez, de 16, habían invitado a Klara a pasar tiempo juntas porque habían estado muy distanciadas, eso fue lo que ella le dijo a su novio Manuel en una llamada telefónica y, aunque él no estaba de acuerdo, ella acudió a su cita con sus amigas.
Un amigo de las chicas, Gorka, se encontró con ellas de camino al parque, y aseguró verlas muy contentas con unas cervezas en sus manos.
A las 3:00 de la madrugada los padres de la adolescente llamaron a Manuel para preguntarle si ella se encontraba con él y el señaló que no, explicando que había salido con sus amigas del colegio, quienes no le inspiraban confianza.
El padre de Klara, José Antonio García, es un suboficial de la marina, quien esta casado con la madre, María Casado Filgueira, y también tenían un hijo varón, menor que Klara, todos residían en San Fernando, Cádiz, de España.
Al día siguiente de aquella salida entre amigas, el padre denunció la desaparición de Klara, aclarando que ella nunca había dejado de llegar a dormir en su casa.
La policía hizo entrevistas al novio, quien nuevamente contó que ella había quedado en salir con Raquel e Iria, además reveló que durante la madrugada del día siguiente él se encontró a ambas chicas y al preguntar por su novia ellas le señalaron que Klara decidió no ir con ellas.
En horas de la tarde la Policía se dirigió al parque donde se había pautado el encuentro entre las amigas y encontraron el cadáver de la joven con signos de violencia.
Las amigas fueron interrogadas por los investigadores, en la comisaría se cruzaron con los padres de la menor y fue allí cuando García cuestionó a Raquel: «¿Qué le has hecho a mi hija?». A lo que la chica respondió: «Yo no he sido». Mientras tanto, la madre de la víctima agredió a la otra amiga.
Cuando estaban con las autoridades, los detectives notaron que Iria presentaba una herida profunda en el antebrazo, algo que asociaron con un posible forcejeo durante el crimen de Klara. Más tarde sus versiones y contradicciones las delataron.
Según el médico forense, Agustín Sibón la herida en el antebrazo de Iria y las que presentó el cadáver de Karla mantenían un mismo patrón, un detalle que le dejaron saber a la muchacha cuyas expresiones cambiaron al enterarse.
Por otro lado, Raquel en el interrogatorio soltó una pregunta que terminó llevándola a la confesión: «¿Qué podría pasarle al que hubiese matado a su amiga? Nosotros hemos matado a Klara».
Luego de esto, ambas amigas explicaron que el viernes 26 de mayo de 2000 engañaron a su compañera de colegio para matarla.
Invitaron a Klara a compartir con ellas en el parque y cuando las tres estaban en el lugar bebieron cervezas y se tiraron sobre el pasto en medio de la oscuridad, pero cuando Klara estaba relajada sus supuestas amigas le pidieron cerrar los ojos y cada su acostó a un lado de ella.
Luego Iria sostuvo a Klara y le tapó los ojos, mientras que su compañera sacó una navaja y la apuñala en varias oportunidades.
Pese a las súplicas de Klara no la dejaron de atacar hasta que le causan la muerte. En total le dieron 32 puñaladas, una de las cuales le cortó el cuello.
Allí dejaron su cuerpo y escaparon, se bañaron, se cambiaron de ropa y se fueron a tomar unos tragos para supuestamente festejar por el crimen.
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En busca de las evidencias los investigadores se dirigieron a la humilde casa de Raquel, allí encontraron la navaja, así como un tablero de Ouija y varios libros de brujería; luego siguieron hacia la casa de Iria, en un buen vecindario donde vivía con una familia respetable y contaba con buena situación económica, allí encontraron unos cuadernos donde había escrito sobre su afición por los rituales satánicos y unos cuentos de género de terror violento donde además figuraba un relato de un crimen muy similar al de Klara.
La investigación determinó que Raquel e Iria planificaron con cartas el tarot el crimen de Klara.
En una caja estaban las cartas jugadas: la carta que representa a la doncella estaba desplomada bajo la carta de la luna junto a la carta de la torre. Se presume que estaban simbolizando el crimen donde Klara murió a la luz de la luna y a la sombra de la torre del cuartel de infantería de San Fernando.
Las asesinas no se mostraron perturbadas durante sus declaraciones e incluso supuestamente estuvieron cantando mientras estaban en los calabozos.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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