Natalia Guerra Jequier recibió libertad condicional tras ser imputada por parricidio, luego de que su bebé recién nacido, considerado como «el anticristo», fuera sacrificado por una secta en 2012. La decisión fue aprobada por la Corte de Apelaciones de la comuna de San Miguel.
Infobae.
La mujer en cuestión fue vinculada a una misteriosa agrupación denominada la Secta de Colliguay, liderada por Ramón Castillo Gaete, quien se hacía llamar Antares de la Luz.
Guerra fue detenida en 2019 en una parcela a las afueras de Santiago donde permaneció oculta desde 2017 tras ser condenada, durante todo ese tiempo supuestamente estuvo ligada a cultos.
La mujer fue condenada a cinco años de presidio menor en grado máximo y recluida en un centro penitenciario femenino de la comuna de San Joaquín; sin embargo, el pasado martes recibió su libertad condicional y tendrá que cumplir un control reglamentario en el Centro de Apoyo para la Reinserción Social de la comuna de Puente Alto.
La Secta de Colliguay fue conformada por Castillo Gaete en 2009 en la localidad con ese nombre ubicada en la Quinta Región.
Sobre Castillo Gaete se conoció que antes de autodenominarse con el apodo «Antares de la Luz» era un destacado músico que comenzó un cambio radical en su vida en 2007 tras un viaje que hizo a China con la banda musical Amaru.
Desde ese omento su personalidad conflictiva pasó a interesarse por la sanidad espiritual, con una supuesta personalidad fuerte pero encantadora comenzó a hacer que la gente creyera en él y luego de más de un año después de iniciar este estilo de vida conoció a Guerra y a otros seguidores.
Castillo realizaba seminarios de auto sanación y autoconocimiento por un precio de 60.000 pesos chilenos, equivalentes a 84 dólares, y durante esas sesiones presuntamente utilizaba «ayahuasca», un poderoso alucinógeno que distorsiona la vista y audición.
Los seguidores de Catillo tenían un denominador común: adultos jóvenes, profesionales, bien parecidos, pero solitarios y con ciertas disfunciones familiares, estas últimas debilidades eran aprovechadas para acercarse a ellos y de esta manera se logró la conformación de la misteriosa secta.
El hombre lograba que sus seguidores se desprendieran de su entorno; por ejemplo, les decía que sus mascotas eran malignas y los llevaba a eliminarlas.
«Les dijo que gatos y perros eran malignos… Así que mataron a sus animales degollándolos», dijeron algunas fuentes.
De esta misma forma los llevó a desligarse de sus parejas, como lo hizo con Guerra y Pablo Undurraga, quienes eran pareja y recibieron la orden de su líder de separarse, luego Castillo comenzó una relación sexual con Guerra y las demás mujeres del grupo.
Además, el líder de la secta demandaba ser mantenido por sus seguidores, quienes le arrendaban propiedades, le facilitaban vehículos y le daban dinero.
También, el hombre tenía la potestad de agredir físicamente a los seguidores que tuvieran comportamientos que él calificaba como «inapropiados», los castigos consistían en desnudar al seguidor y propinarle 45 golpes.
Castillo se consideraba un ser supremo parecido a un dios en la Tierra y les dijo a las mujeres que debían sostener relaciones sexuales con él, pero si quedaban embarazadas el bebé debía ser sacrificado.
Eso ocurrió con Guerra, cuando el hombre se enteró que esperaba a un niño señaló: «Puede que sea Lucifer, ahora lo voy a atrapar».
Luego ordenó que el bebé naciera de forma natural y sin asistencia de ningún tipo, aún así ella dio a luz el 12 de noviembre de 2012 en un centro asistencial privado por presentar problemas previos al parto y dos días después el niño fue sacado del recinto.
El 23 de noviembre siguiente la secta se reunió para asesinar al bebé por considerarlo el anticristo.
Sobre este rito, la fuente señaló: «Pese a que tenía la boca tapada, el grito fue desgarrador… Tenían un lugar donde se descargaban de las vibras negativas. Una especie de carpa iglú con el techo abierto y un forado en el piso, donde ponían piedras calientes… Con el vapor se purificaban».
Sobre ese agujero el hombre subió al niño, le taparon la boca con cinta adhesiva para evitar que se escuchara su llanto y no tocaron directamente al niño «para no contaminarse».
«Mientras todos lloraban, se removió la tabla y la guagua viva cayó sobre las piedras… Pese a que tenía la boca tapada, el grito fue desgarrador», luego del sacrificio, el cuerpo del pequeño fue desmembrado.
La caída del líder comenzó en diciembre de 2012, el 21 de ese mes estaba previsto que el mundo se acabara según los mayas, pero esto no ocurrió, algunos miembros dejaron de creer en su líder y se separaron del grupo.
Castillo viajó a Perú para buscar droga y estando en ese país se enteró de que la hermana de una de las miembros había denunciado la secta y habían iniciado una investigación con él y sus seguidores.
En mayo de 2013 las autoridades informados que alias Antares de la Luz había sido encontrado muerto, colgado del cuello, en el interior de una casa en Cusco, Perú.
Antes de acabar con su vida dio una última orden a través de un correo electrónico a los miembros del grupo: «Sé que todo se sabe, así que háganse los locos».
Redacción Maduradas con información de Infobae.