El presunto abusador sexual de menores Gerardo Oliveros Taborda, conocido como el Monstruo del barrio Bolívar, usaba un modus operandi muy particular para poder ejecutar sus crímenes.
El hombre mantenía dos altares de brujería en su vivienda ubicada al oeste del municipio Maracaibo, en el estado Zulia, con los que supuestamente amedrentaba a sus víctimas, revelaron fuentes policiales.
Se conoció que los investigadores contactaron a cerca de 45 víctimas del Monstruo del barrio Bolívar, de los cuales solo 10 se atrevieron a denunciarlo formalmente.
“Hubo víctimas y familiares que prefirieron no denunciar porque le temen a la brujería, porque creen en eso”, señaló el informante sobre la manera en la que Oliveros logro mantener a sus víctimas en silencio.
“El modus operandi de este aberrado iniciaba por invitarlos a una granja donde había una piscina, les ofrecía juegos, dinero, celulares, meriendas, drogas y los buscaba en su vehículo, por lo que los menores cedían”, detalló el secretario de gobierno de la Gobernación del Zulia, Lisandro Cabello.
Redacción Maduradas con información de El Pitazo
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