Las «geniales» soluciones que aporta el Gobierno para resolver un problema siempre generan más calamidades a la ya cansada población. El racionamiento eléctrico de cuatro horas solo trae perjuicio a los venezolanos.
La crisis energética preocupa a los empleados y dueños de carnicerías en Puerto Ordaz que no solo temen por pérdidas en ventas, sino que en ellos crece la angustia por el daño de equipos, descomposición de la mercancía y posibles nuevos desarreglos ante el nuevo incremento en horas del racionamiento.
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No es solo la falta de carne y los altos precios los que causan dolores de cabeza. La energía eléctrica (o la falta de ella) aparece como otro enemigo para los comerciantes, reseñó Correo del Caroní.
La oficialización de cuatro horas de racionamiento, por el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez el jueves, deja un mal sabor de boca: de por sí llevar a cabo las actividades con 2 horas menos de movimiento comercial resulta complicado tanto para los empleados como para los dueños. Más cuando la mercancía es un alimento que requiere obligatoriamente refrigeración.
En Frigorífico Principal, en el sector Castillito, de Puerto Ordaz, han perdido carne. La última vez que ocurrió se dañaron dos reses completas, partes de cochino y un pollo. El problema: por culpa de los cortes de luz que causaron la avería de una de las cavas donde mantienen la mercancía. Así lo cuenta la empleada Iris Chacón.
“No le veo el chiste a estas medidas”, comenta Chacón, que vive en 25 de Marzo y en ocasiones debe salir más tarde de su trabajo por culpa de las dos horas perdidas en el racionamiento. “Yo no veo mejoría de ningún tipo”.
La pérdida de la carne y la cava no fueron los únicos problemas. La computadora que utilizan en el negocio también se vio afectada por los cortes de luz.