Es la quinta San José, ubicada en la avenida Bogotá de la urbanización Los Caobos, en Caracas, cuya fachada con enrejado negro demarca descuido del lugar que escondió un mundo de prostitución, drogas y abusos.
Foto: El Cooperante.
Esta lugar estuvo a cargo de las monjas de la congregación El Buen Pastor hasta 2007 cuando Alonso Betancourt ingresó a la propiedad y lo convirtió en un geriátrico con la ayuda de un médico psiquiatra.
Las monjas iniciaron una pelea en tribunales para recuperar la quinta, mientras Betancourt continuaba con el geriátrico, había instalado 23 camas en nueve cuartos, que fueron ocupados por 18 ancianos que poco a poco fueron retirados por sus familiares por el abandono y descuido que había en el lugar. Solo quedaron tres abuelos que habían sido dejados por sus familias quienes ni siquiera los visitaban, esto permitió mantener la fachada de geriátrico, evitando así el desalojo.
Allí comenzó a vivir la pareja de Betancourt y dos niños que le sirvieron de escudo ante tribunales. Siempre se mostró como un hombre amable.
En el día el silencio se apoderaba del lugar, pero durante las noches al lugar llegaban gran cantidad de vehículos para dejar hombres y mujeres que acudían a las fiestas que allí se realizaban.
El 24 de mayo, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) ingresaron a la quinta San José, donde se encontraron con un escenario alarmante: en un cuarto oscuro estaba encerrada una abuela, sobre su silla de ruedas con un aspecto desaliñado como si llevara meses sin ser atendida, con hambre y dopada.
Tras una evaluación médica lograron determinar que había sido abusada sexualmente, así como los otros dos ancianos que estaban en ese lugar.
Además de basura y olores pestilentes, en el sitio hallaron animales muertos presuntamente sacrificados para actos de brujería, drogas, rastros de prostitución y a un joven en silla de ruedas que había sufrido una parálisis y estaba solicitado por delitos de homicidio.
Hubo cuatro detenidos en dicho procedimiento. Luego se supo que Betancourt sometió a una de las monjas de la congregación El Buen Pastor cuando ella fue exigirle el desalojo, la mantuvo encerrada en la quinta hasta que los vecinos la rescataron.
Foto: El Cooperante.
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Redacción Maduradas con información de El Cooperante.