En los últimos años, se ha discutido ampliamente sobre la ‘Generación Z’, un término que se refiere a los individuos nacidos entre 1990 y 2000, caracterizados por su familiaridad con la tecnología digital, internet y redes sociales desde una edad temprana.
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Recientemente, la firma de contratación española ‘Robert Walters’ llevó a cabo un estudio que ha sorprendido a muchos, ya que sostiene que la ‘Generación Z’ está “dejando de lado conscientemente y evitando los estresantes puestos de gestión intermedia”.
La consultora especializada en soluciones de talento indica que “el 72% de la generación más joven de trabajadores dice que preferiría progresar en un puesto como trabajador, que convertirse en un gerente intermedio”.
Esta investigación encuestó a 3,600 personas de esta generación que están iniciando su trayectoria en el mercado laboral, con el objetivo de conocer sus aspiraciones profesionales y ayudar a las empresas a ‘captar’ sus talentos y habilidades.
Los hallazgos de ‘Robert Walters’ revelan que la mayoría de los jóvenes actuales no sienten entusiasmo por la idea de supervisar a otros. Solo el 16% de los encuestados manifestó que hará todo lo posible por evitar cargos de mando intermedio.
Del mismo modo, el 36% de los participantes en la encuesta manifestaron que contemplan la posibilidad de ocupar un puesto directivo en algún momento de sus carreras, aunque reconocieron que en realidad no desean lograrlo, según los resultados del estudio.
La consultora española afirmó que la ‘Generación Z’ prefiere ‘ser su propio jefe’ y no es que carezcan de ambición profesional, sino que evitan asumir la responsabilidad de gestionar y dirigir a otras personas.
Lucy Bisset, directora de Robert Walters, comentó en la presentación de los resultados de la encuesta que la ‘Generación Z’ opta por contribuir con “todo su ser a los proyectos y dedicar tiempo a cultivar su propia marca y enfoque, en lugar de dedicar tiempo a gestionar a otros”.
Cuando se les preguntó a los jóvenes por qué rechazan los roles de gestión media, casi el 70% respondió: “Demasiado estrés y poca recompensa. Los directivos intermedios se enfrentan a un aumento considerable de la carga de trabajo, a mayores expectativas de estar ‘siempre disponibles’ para quienes supervisan y a una presión constante para alcanzar sus propios objetivos”, explicó Bisset.
Redacción Maduradas con información de Noticia al Día
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