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¡DEMOCRACIA FALSA! Maduro acaba con la prensa escrita y la libertad de expresión en Venezuela

¿Quién mató al periódico?”, lanzaba al aire The Economist en septiembre de 2006. Ocho años después, la revista venezolana Exceso recoge el guante: “Maduro lo mató”. Es una portada ficticia, que no se verá en ningún kiosco del país caribeño, pero que se hace eco de las protestas en el sector de la prensa nacional y vaticina un final para los medios impresos que cada día luce más cercano. La escasez ha llegado a las rotativas. No hay papel para imprimir.

Desde septiembre de 2013 se habla de la posible falta de este material indispensable para que los diarios salgan a la calle. Algunas empresas decidieron entonces reducir la tirada, suprimir algunos de sus secciones –las primeras afectadas fueron las literarias y gastronómicas-, pero llegados a enero, ninguna de estas medidas ha sido suficiente y cabeceras como El Expreso de Guayana –con 44 años de circulación-, Diario de Sucre o La Nueva Versión, de Zulia, han echado el cierre momentáneo.

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Para poder adquirir papel, las empresas deben solicitar dólares al Gobierno, quien tiene la potestad de autorizar o no esta transacción. El papel, al igual que ocurre con muchos de los rubros que se consumen en Venezuela, es importado. Para poder adquirirlo, las empresas deben solicitar dólares al Gobierno, quien tiene la potestad de autorizar o no esta transacción. Una vez autorizada, se liquida y se procede a la compra. “El problema es que se puede haber recibido la autorización, más no la liquidación”, asegura Jesús Hurtado, de la directiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). “Lo ha reconocido el recién nombrado ministro de Comercio, José Kahn, que hay una tardanza en la liquidación de divisas. De hecho, desde octubre no se reciben”.

Uno de los grandes afectados es El Nacional, diario opositor con 70 años en la calle y que circula por todo el territorio venezolano. “No nos liquidan desde mayo ni un solo dólar”, reconoció Daniel Pérez Poleo, director ejecutivo de Negocios de este medio, desde el que aseguran que tienen “la documentación correcta, el permiso para importar, pero nada con lo que pagar”.

Cuenta atrás

Adriana Terán, gerente editorial de la Revista EME –parte de El Nacional C.A.-, comenta que este suplemento dejó de salir durante una semana a finales de 2013 para luego regresar con un papel de inferior calidad. “En enero hemos parado la impresión y se ha dicho oficialmente que estamos de vacaciones, pero la realidad es que es una medida para extender las reservas de papel hasta marzo o abril”, una época en la que es más rentable publicar por el aumento del número de anunciantes. Terán dice que no ha habido una respuesta concreta del Gobierno que niegue específicamente los dólares a esta empresa: “Hemos tenido cinco comunicaciones directas, tres cartas al presidente Maduro, pero no han dicho por qué no hay dólares”.

Jesús Hurtado (SNTP): “El Gobierno se quedó sin divisas porque utilizó las reservas en la campaña electoral de diciembre. Para ellos el papel no es primordial”

Para Jesús Hurtado, quien además de ser del SNTP es redactor de Economía en El Mundo, la explicación es simple: “El Gobierno se quedó sin divisas porque utilizó las reservas en la campaña electoral de diciembre (elecciones municipales). Todas las otras necesidades del país quedaron al margen, entre ellas, el papel periódico. Es algo que para ellos no es primordial porque resulta que la mayoría de los periódicos en Venezuela son opositores”. Para aclarar este extremo y otros, ZoomNews acudió a varios portavoces del Gobierno, quienes no accedieron a hacer ninguna declaración.

Mientras, el tiempo corre en contra de los impresos. El Impulso de Barquisimeto, veterano con 100 años de trayectoria, calcula que se quedará sin papel el 2 de febrero. El Nacional, en marzo. Para evitar un blackout en las rotativas, se estima que las divisas deben liquidarse antes del 15 de febrero. Pero la llegada de papel no será inmediata. El pago se hace a una empresa de Canadá, que trae en barco las bobinas. Si no hay problemas en el puerto de salida y el mar está en buenas condiciones, puede tardar hasta 45 días en llegar a Venezuela. Luego, de la aduana portuaria de La Guaira a Caracas se estima que puede tardar otros 20 días.

“Nos sentimos indignados, y con mucha incertidumbre. Venimos a hacer nuestro trabajo sin saber si en abril o mayo tendremos empleo, porque si no hay papel, no hay periódico. El Gobierno no elimina un diario opositor, elimina 700 puestos de trabajo”, observó Adriana Terán.

Protestas en Twitter y en la calle

El hashtag #SinPapelNoHayPeriódico se posicionó el pasado jueves como trending topic en Twitter en Venezuela. El lunes lo hacía #MaduroLiquidaLasDivisas, aunque con menos éxito. Forma parte de las protestas que periodistas, trabajadores de los diarios, movimiento estudiantil, generadores de opinión y afines a la causa llevan a cabo en las redes sociales. El siguiente paso fue una protesta el martes frente a la antigua sede de Cadivi, ente responsable de la asignación de dólares.

Lisbeth De Cambra (secretaria general del CNP en Caracas): “Un país sin prensa es un cadáver insepulto”

Lo que se pone en juego no es solo la supervivencia o no de los medios impresos. Para Marco Ruiz, secretario general del SNTP, la escasez de papel “puede vulnerar el derecho fundamental de acceso a la información” y, desde el punto de vista laboral, “podríamos ver unas consecuencias escandalosas. Son miles de trabajadores que se quedarían en la calle y un país entero que se quedaría sin información”.

Para acudir a las protestas pacíficas desde el SNTP se ha convocado a todo el gremio, “es momento para ser solidario porque las consecuencias son superiores. La sociedad civil debe participar, porque les afecta. El problema no es el papel, sino que el Gobierno está yendo contra el medio de comunicación y así castigan a una sociedad y vulneran sus derechos”, apostilló Ruiz.

El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) también se suma a las manifestaciones “en defensa absoluta del ejercicio del periodismo”, declaró Lisbeth De Cambra, secretaria general de este organismo en su sección de Caracas, para quien un país sin prensa “es un cadáver insepulto”, objetivo que a su entender persigue el Gobierno a través de una “posición reiterativa de privar de libertades al pueblo venezolano”.

Tanto Ruiz como De Cambra esperan que el conflicto se solucione porque “una prensa crítica y plural determina lo sana y fuerte que es una democracia”. Esta no es una historia pequeña. Es la agonía que destilan a cada gota de tinta tres periódicos nacionales y alrededor de 60 regionales. Una muerte pregonada que podría afectar a 14.000 personas, a sus familias y “a 27 millones de venezolanos” porque, puntúa De Cambra, “cuando a un periodista le tapan la boca y le amarran las manos, le están tapando los ojos y los oídos al pueblo”, así lo menciona DolarToday en su portal.

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