El conflicto iniciado el pasado mes de febrero por el gobierno de Rusia en contra de Ucrania ha generado toda suerte de opiniones y especulaciones sobre las acciones que podría ejecutar el Ejército ruso para ganar la guerra.
EFE
Se estima que, además de las armas bélicas, Rusia pudiera recurrir a las armas nucleares y biológicas, siendo estas últimas un tema de especial preocupación en el mundo.
Según reseñó 20 Minutos, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos define como arma biológica a cualquier patógeno que se utiliza como arma de guerra. Es decir, se incluyen bacterias, virus, parásitos, hongos o cualquier otro microorganismo con capacidad para causar enfermedad. Estos patógeno son liberados de manera intencional para enfermar a personas, animales e incluso afectar los cultivos.
En ese sentido, la OTAN ha identificado unos 31 organismos con capacidad real de ser usados para la guerra biológica. Entre ellos están el ántrax, el botulismo, la viruela, el tifus, la fiebre Q o el ébola.
Estas son algunas de las armas biológicas que podrían usar los rusos en su arsenal:
Ántrax
Se trata de una enfermedad infecciosa aguda causada por una bacteria formadora de esporas llamada Bacillus anthracis. En gran medida, afecta a animales silvestres y, en menor número, a animales domésticos. Además, es capaz de llegar al ser humano si éste tiene contacto con animales enfermos o infectados. Se transmite por la piel, por inhalación y por vía gastrointestinal.
También conocido como «carbunco«, este producto es fácil y barato de cultivar. Sus esporas son muy pequeñas y pueden ser liberadas en forma de aerosol. Estas esporas son muy resistentes al paso del tiempo, por lo que resisten vivas por décadas.
La organización estadounidense señaló que el ántrax se ha utilizado como un arma en todo el mundo desde hace casi un siglo.
Botulismo
En segundo lugar, destaca el botulismo. Es importante recordar que, durante la ocupación japonesa de Manchuria, al inicio de la década de los 30 del siglo XX, el ejército de Japón infectó a los prisioneros de guerra chinos con toxinas botulínicas. Con tan solo un gramo de esta sustancia, es posible acabar con la vida de al menos un millón de personas.
La enfermedad es causada por una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que se encuentra, de forma naturalm en sedimentos de lagos o en suelo forestal, pero luego es fácil de producir. Es letal y para dispersarla se contaminan aguas y alimentos o se lanzan por aerosol.
Ébola
A pesar de haber varias especies de este virus, los síntomas iniciales suelen ser similares: fiebre, dolor de garganta, muscular y de cabeza. Luego aparecen otras complicaciones, como fallo hepático y renal, y complicaciones hemorrágicas.
Esta enfermedad tiene una tasa de mortalidad alta: con una frecuencia de fallecimientos de entre el 50% y el 90% de los infectados por el virus.
Es importante señalar que, durante la guerra fría, la Unión Soviética cultivó microbios como armas biológicas, entre ellos el ébola (ademas de la viruela, el ántrax o el botulismo).
Brucelosis
También conocida como fiebre de Malta o fiebre mediterránea, es una enfermedad infecciosa producida por bacterias del género Brucella, que ataca a varias especies de mamíferos, entre estos, el ganado porcino, bovino, ovino o equino, y al ser humano.
Puede causar dolor, fiebre, escalofríos, sudoración, fatiga, debilidad y pérdida de peso.
Viruela
A pesar de que el último caso de contagio natural de viruela se diagnosticó en 1977 y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó, en 1980, su erradicación en todo el planeta, es potencialmente un arma biológica.
Esto se debe a que el virus sigue existiendo: en un laboratorio de Atlanta (EE UU) y otro de Moscú (Rusia).
Fiebre Q
Se trata de una zoonosis causada por la bacteria Coxiella burnetii, uno de los organismos más infecciosos que se conocen. Se puede encontrar en el ganado y en otros mamíferos domésticos.
Los humanos son muy susceptibles a la enfermedad, pero alrededor de la mitad de los afectados son asintomáticos y se trasmite muy raramente de persona a persona. Se transmite por la inhalación de polvo contaminado con esporas provenientes de contacto con placenta, heces, orina o leche secas, o de aerosoles en rastros.
Redacción Maduradas con información de 20 Minutos
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