Nicolás Maduro designó a Diosdado Cabello como el nuevo ministro de Interior y Justicia, un cargo que ya ocupó en 2002 durante el mandato de Hugo Chávez. Este nombramiento se produce en un momento crítico para el país, que enfrenta una profunda crisis política tras las elecciones del 28 de julio.
Federico PARRA / AFP
Maduro destacó la capacidad de Cabello para “consolidar la paz” en medio de lo que describe como una situación de “conspiración” constante.
Durante el anuncio, realizado en un acto televisado, Maduro subrayó que Cabello también asumirá el rol de vicepresidente de Gobierno para la Seguridad Ciudadana.
“Diosdado trae suerte, sabe mucho de paz, sabe mucho de justicia”, afirmó Maduro, quien confía en que Cabello podrá guiar a Venezuela hacia un camino de estabilidad y justicia.
Este movimiento también incluye la ratificación de Delcy Rodríguez como vicepresidenta ejecutiva y ministra de Petróleo, así como la continuidad de Vladimir Padrino López en el Ministerio de Defensa.
Cabello, conocido por su fuerte influencia dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), prometió trabajar para que el país «se encamine por el rumbo de la paz con justicia».
En su discurso, enfatizó la importancia de procesar a aquellos que han actuado en contra de la ley, enviando un mensaje claro a la oposición.
La designación de Cabello ha generado diversas reacciones. Mientras que los seguidores del chavismo celebran el nombramiento como un paso hacia la consolidación del poder y la estabilidad, los críticos ven en esta decisión una estrategia para fortalecer el control del régimen sobre las instituciones clave del país.
La oposición, por su parte, ha expresado su preocupación por el impacto que esta designación podría tener en la ya tensa situación política y social de Venezuela.
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Redacción Maduradas
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