Darwin Tortoza, paciente renal desde hace 5 años, relató lo difícil que le resulta mantener una buena dieta y conseguir los medicamentos para su condición en Venezuela.
“Yo pesaba 112 kilos, ahora peso 62. Estoy demasiado flaco, demacrado. Me veo en el espejo y me pongo a llorar porque no soy la persona que yo acostumbraba ser”, fueron las palabras de Darwin.
Los pacientes renales deben tener una dieta baja en proteínas, alta en calorías y de bajo consumo de sal, potasio y fósforo, lo que le resulta imposible de costear con un salario de 70% por ser una persona con discapacidad.
“Dicen que los hombres no lloran, pero si lloramos porque esto de verdad es una lucha constante, que a veces el cuerpo no da”, expresó.
De acuerdo a la ONG Codevida, existen más de 16.000 pacientes a nivel nacional esperando por tratamiento renal.
Redacción Maduradas con información de Caraota Digital
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