El Banco de Desarrollo de China (CDB, por sus siglas en inglés) ha prestado cerca de 37.000 millones de dólares a Venezuela desde el año 2008, convirtiéndose así en uno de los mayores acreedores del país. Además, el Gobierno venezolano asegura que el CDB ha prometido miles de millones de dólares en créditos adicionales.
¿Qué salió mal? A cambio de su generosidad, Venezuela enviaría a China millones de barriles de petróleo al año. Desde 2000, el banco ha otorgado decenas de miles de millones de dólares en préstamos similares a empresas energéticas y gobiernos de países productores de petróleo con el fin de conseguir recursos para una economía china en expansión, el problema radica en que ninguna de las partes contaba con la caída estrepitosa en los precios del petróleo.
La estrategia, sin embargo, ha fallado en Venezuela. El CDB extendió en los últimos meses los vencimientos y concedió condiciones más favorables para el pago de los créditos, permitiéndole al país enviar menos crudo de lo prometido y pagar en bolívares, en lugar de en moneda fuerte, a un fondo binacional de desarrollo que financia proyectos en Venezuela. Conforme otros inversionistas se marchan de un país que tiene una inflación de tres dígitos y manifestaciones sociales, Venezuela ha pasado a depender más del CDB.
“Muchos quedan anonadados cuando China concede grandes créditos a Venezuela, tomando en cuenta que la situación del país es cada vez más precaria, pero al parecer el compromiso sigue firme”, dice Margaret Myers, directora del programa China y América Latina de Diálogo Interamericano, un centro de estudios de Washington.
El gobierno venezolano informó en enero que China se había comprometido a hacer un desembolso adicional de US$20.000 millones en nuevas inversiones en vivienda e infraestructura, principalmente a través del CDB. Ni el gobierno chino ni la entidad han confirmado la transacción. El banco no respondió a una solicitud de comentarios.
El precio del bono soberano de Venezuela a 10 años se ha derrumbado 60% desde julio pasado y llegó a cotizar a un mínimo de 31 centavos por dólar en enero. La deuda se transa actualmente en cerca de 35,15 centavos por dólar con un rendimiento anual de 26,4%.
Moody’s Investors Service rebajó en enero la calificación de crédito de Venezuela a Caa3 e indicó que “el riesgo de una cesación de pagos ha aumentado en forma sustancial”. La inflación llegó a 68,5% en 2014 y el banco central ha dejado de publicar datos desde entonces, aunque los economistas estiman que los precios al consumidor ya superan 100% anual. Los venezolanos luchan para conseguir dólares y vender bolívares, que han perdido 93% de su valor en los últimos dos años en el mercado paralelo. El CDB no compra bonos del gobierno venezolano.
Los ministerios de Economía y Finanzas, Relaciones Exteriores e Información de Venezuela no quisieron comentar.
Con información de WSJ.