El Gobierno de La Habana obtiene casi $8.000 millones de dólares al año al enviar a los galenos a otros países más pobres, según el WSJ.
Un artículo de la columnista Mary O´Grady en la edición de este domingo del prestigioso Wall Street Journal titulado El comercio esclavista de los doctores cubanos brinda un análisis y entrevistas a los médicos que participan en el programa y cuentan sus experiencias, contrasta con el editorial de este lunes, en el que el reconocido The New York Times hace hincapié en que Estados Unidos haga un giro de las relaciones hacia Cuba por quinta vez en el último mes.
Según O´Grady, el Gobierno de La Habana obtiene casi $8.000 millones de dólares al año al enviar a los galenos a otros países más pobres.
El artículo de opinión explica que en las culturas occidentales la trata de personas es ilegal y es calificada «como una actividad del crimen organizado en el que los seres humanos son tratados como objetos, son controlados y explotados», pero es complicado encontrar a alguien del círculo de periodistas, políticos, burócratas o activistas que hayan reaccionado al amplio negocio que lleva adelante La Habana», cuando se trata de los médicos cubanos que viajan, por ejemplo a África a prestar sus servicios para controlar el virus del ébola.
Justo en este momento, el régimen en Cuba recibe elogios por su contribución en el exterior, sin embargo, O´Grady señala que los doctores cubanos «no son un regalo de La Habana». La misión se hace a cambio de pagos sea del país anfitrión o de otros países «donantes» de fondos a la Organización Mundial de la Salud. (OMS), pero no de manera directa, los recursos van a la cuenta de los gobiernos «que se quedan con la mayor parte de los fondos y el trabajador recibe un estipendio y se queda esperando por más a su regreso a Cuba».
Parte de los médicos cubanos llegando a Brasil bajo el programa «Más médicos». (EFE)
Ganar y ganar
«Es el crimen perfecto», apunta la columnista más adelante. El régimen envía a sus súbditos, gana prestigio y dinero en favor de los más pobres en un momento en que el globo presta la mayor atención al virus mortal del ébola. Según DW, la cadena internacional de televisión alemana, Cuba recibe US$7.600 millones anuales por la exportación de los trabajadores de la salud.
Los periodistas «se lo tragan»
Una entrevista del 24 de octubre pone en evidencia que los periodistas han caído en el cuento de la solidaridad internacional. Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial con la presentadora de CNN Christiane Amanpour habló sobre la misión de los médicos cubanos en África y dijo: “Cuba claramente tiene algo que enseñarle al mundo con su rápida respuesta, ¿no?”, a lo que Kim coincidió, calificándolo como un “gesto maravilloso”.
Lo que cobran cada galeno es un misterio, es un secreto de Estado. Pero la trata de personas no es algo nuevo para La Habana ni existe únicamente para los médicos. Existen numerosas denuncias.
En octubre de 2008, un juez federal en Miami falló a favor de tres trabajadores cubanos que afirmaron que habían sido enviados, junto a otros cien, por el régimen a Curaçao para trabajar a cambio de la deuda de Cuba con Curaçao Drydock Company. Los demandantes describieron condiciones de trabajo infrahumanas por el que les pagaban tres centavos por hora.
El diario estadounidense The Christian Science Monitor publicó que la compañía “reconoció que los pasaportes de los trabajadores cubanos fueron incautados y que sus sueldos impagos fueron deducidos de la deuda que La Habana debía a la compañía”. Tomás Bilboa, del Cuba Study Group en Washington, dijo al periódico que “estos tipos de violaciones no son fuera de lo común para el gobierno cubano”. El abogado defensor de los explotados denunció al mismo rotativo que las familias en Cuba perdieron trabajos y sufrieron recortes y otras consecuencias por la denuncia.
Otro contingente de médicos cubanos arribando a Brasil. (EFE)
Galenos, como producto de exportación
La salida de los profesionales de la salud en Cuba tiene repercusiones en la isla. Hay escasez de doctores, pero los que están disponibles atienden las necesidades en otros países, mientras en la isla hay brotes de dengue y cólera.
La amenaza a los médicos cubanos es simple: quien no coopera pierde el empleo, su posición o por ejemplo, sus hijos no tendrán cupo en la universidad. Eso explica que muchos de los que han salido como parte de una misión, a África ahora, o en el pasado a Brasil, huyen del sistema y piden asilo cuando son enviados al exterior si se les presenta una oportunidad.
O´ Brady apunta que casi 3.100 cubanos han aprovechado, en los últimos dos años, el programa para voluntariarse y obtener un visado especial en Estados Unidos, un país que reconoce la explotación de los médicos cubanos cuando son enviados a terceros países. Ellos son penalizados, sus familiares no pueden visitarlos.
En Brasil existen presiones que exigen a Cuba elevar el sueldo de los casi 11.000 trabajadores que bajo el mismo plan cooperan en ese país. La fiscal federal, Luciana Loureiro Oliveira dijo tener evidencias de que el gobierno de Cuba se queda con al menos 75% del dinero asignado por los donantes como salarios. Loureiro Oliveira calificó como “francamente ilegal” porque viola las leyes laborales de Brasil, además de que los cubanos deberían recibir sus pagos directamente. Eso sería el fin de las buenas obras de Cuba en Brasil.