Este miércoles, Nicolás Maduro, durante un acto de Gobierno en el centro de Caracas recordó que hace justo una semana intervino en la sesión de la Asamblea General de la ONU en la que aseguró tenía una «fiebre» debido a una gripe, que, bromeó, le pegó su homólogo estadounidense, Barack Obama.
“Estoy sudando una gripe que se me pegó en Nueva York el día que hablé hace una semana, un día como hoy, yo estaba prendido en fiebre, 40 de fiebre (…) una gripe que me pegó Obama por allá, pasó por al lado y me pegó la gripe de Obama”, comentó Maduro entre risas durante un acto de Gobierno en el centro de Caracas.
Apuntó que una hora antes de su intervención en las Naciones Unidas se bebió un “brebaje” compuesto de papelón (jugo de la caña de azúcar) con limón y “algunas goticas” que le permitieron “agarrar fuerza” para su primer discurso en el organismo como presidente de Venezuela.
“Eso sí, después de que hablé, nuevamente me pegó”, aseguró.
Maduro reclamó hace una semana en su discurso en la 69 Asamblea General de la ONU que no quedara en el aire “el clamor de una reorganización” del organismo, uniéndose a posiciones que también manifestaron en este mismo foro otros presidentes latinoamericanos, entre ellos los de Bolivia, Brasil, Argentina y México.
Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos atraviesan una situación de enfriamiento completo desde 2010, cuando ambos países se quedaron sin embajadores.
Venezuela acusa reiteradamente a EE.UU. de desestabilizar la Revolución Bolivariana iniciada por el fallecido Hugo Chávez, denuncia que Maduro repite desde que asumió la Presidencia, en abril del año pasado, y que ha motivado la expulsión de ocho funcionarios diplomáticos en el último año y medio.
El Gobierno de Barack Obama envió a Caracas en julio pasado a un nuevo encargado de negocios, Lee McClenny, el mismo puesto que ocupa Maximilien Sánchez Arveláiz en representación de Venezuela en Washington.
EFE