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¡EL LEGADO DEL GIGANTE! Alfredo Osorio: «Sin duda que estamos quebrados»

En  medio de la disparatada revolución, el régimen, desde el Presidente hasta el Partido Socialista Unido de Venezuela, y demás parapetos políticos que le sirven de sustento en el poder, se hacen los locos y siguen en sus andanzas como si aquí no pasara nada. El país se desmorona. Nada funciona. Todo está colapsado. CHAVISTA VENEZUELA-ELECTIONS-CAMPAIGN-CHAVEZ

Los ejemplos que corroboran la anterior afirmación, saltan a la vista de los más distraídos y de quienes se constituyeron en clientes del destructivo proceso, gracias a una grotesca política de entregar dádivas a los más desposeídos  con la aviesa intención de obtener votos a la hora de las consultas electorales y de los regalitos y empréstitos cómodos y baratos a algunos países chulos del continente y el resto del mundo poco democráticos en su mayoría.

Esa percepción es la que ha hecho que en estos momentos la popularidad del régimen haya sufrido niveles de deterioro que lo llevan a casi un setenta por ciento de rechazo ante la colectividad venezolana, aún en las encuestas ordenadas por el gobierno y cuyos resultados no pueden esconder.

Los venezolanos se encuentran incomunicados prácticamente con el exterior al verse obligadas la mayoría de las aerolíneas internacionales que ofrecen sus servicios, desde y hacia Venezuela, a suspender sus vuelos ante la imposibilidad del gobierno de cancelar los compromisos adquiridos con estas entidades en dólares, acumulando una deuda con ese sector que sobrepasa los cuatro mil millones de los billetes verdes.

Con este grave problema el régimen se encuentra entrampado y se mueve en medio de marchas y contramarchas. Un día anuncia que los boletos aéreos pasarán a la tasa del fracasado Sicad II,  al tiempo que exige a las aerolíneas que les bajen el monto de los pasajes como si los culpables de la devaluación del bolívar fueran estas empresas.

El sector farmacéutico se encuentra en situación lamentable. Los laboratorios que producen los fármacos que requieren los venezolanos para atender sus problemas de salud, no reciben las divisas que requieren para producirlos, produciendo la gravísima situación de cerca de un cincuenta por ciento de desabastecimiento en tan fundamental  materia.

Escasean los anti hipertensivos, los tratamientos para controlar la diabetes, los retrovirales y hasta medicinas tan comunes como  antiácidos han desaparecido. La construcción de viviendas de interés social se encuentra paralizada, aumentando cada año, el déficit de unidades habitacionales que en estos momentos se sitúa en cerca de dos millones quinientos mil techos. No hay respuesta a la demanda creciente de viviendas, situación que se agrava más aún ante el alarmante crecimiento de los costos del sector.

Petróleos de Venezuela se encuentra prácticamente quebrada ante la desacertada medida del régimen  de desnaturalizarla en sus actividades de empresa productora y comercializadora de petróleo para transformarla en una especie de multitienda  comercializando electrodomésticos, alimentos, viviendas y cualquier tipo de bienes y servicios.

Lo sucedido con los servicios públicos fundamentales como son la energía eléctrica, agua potable, redes de aguas negras, construcción y mantenimiento de carreteras y puentes, ya es harto conocido el colapso de éstos, sin que sean capaces de asumir su única y exclusiva responsabilidad, y en lugar de ello, buscando las causas en presuntas conspiraciones de la oposición democrática y del imperio. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estamos quebrados.

No hay dólares ni para honrar compromisos internacionales.  Se dilapidó una colosal montaña de miles de millones de dólares que nos brindó nuestro petróleo. Hemos llegado al punto de quiebre. Que hay la necesidad inminente de un gran viraje para enderezar el rumbo de la nación. Que es necesaria una transición que la puede propiciar la misma revolución, con la salida del Presidente en ejercicio y el nombramiento de una  junta de gobierno que conduzca a un nuevo proceso eleccionario del cual emerja un gobierno de concentración nacional que tenga como finalidad primera la salvación del país y lo salve de la ruina a que ha conducido la actual administración.

Por Alfredo Osorio, El Venezolano

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