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¡EL PUEBLO TIENE HAMBRE! Multitud enardecida tumbó rejas del Bicentenario en busca de comida

Persisten las colas y los conflictos en los alrededores del Abasto Bicentenario ubicado en el centro comercial Judibana de Puerto La Cruz, publica Yeraldyn Vargas Rivas / El Tiempo. Ayer no fue la excepción. Una multitud que permanecía en la fila, algunos desde las 4:00 am, se enardeció cuando a las 12:30 pm recibió la notificación de que el comercio bajaría su santamaría.

El establecimiento reanudó sus actividades el pasado 8 de enero y desde ese entonces no han cesado las filas en sus alrededores.

Referencial.

Referencial.

A la par de la acumulación de personas, ocurre el “despelote”, sobre todo a la hora del cierre, cuando los usuarios exigen que les permitan el ingreso. Alegan que amanecen afuera de la tienda y aún así no logran comprar.

Molestos y “dispuestos a todo” tumbaron una de las rejas del centro comercial, y se concentraron en la entrada del abasto. Gritando una y otra vez: “Queremos comida, abran las puertas”, golpeaban las santamarías y amenazaban con ingresar a la fuerza.

De inmediato, los uniformados a cargo del resguardo de las instalaciones pidieron refuerzos. En menos de 20 minutos, los alrededores de la tienda estaban rodeados de más de una docena de efectivos de la Guardia Nacional (GN).

La presencia de los funcionarios no intimidó a los ansiosos por comprar, todo lo contrario se organizaron: de un lado los hombres y de otro las mujeres, con la esperanza de que les permitieran la entrada al local.

Manuel Acosta era uno de los que aguardaba en las adyacencias. Según contó llegó a las 4:00 de la madrugada y no pudo hacer mercado.

“Los guardias tienen una mafia, dejan pasar sólo a sus amigos y familiares y nosotros perdiendo horas de sueño, pasando frío y calor para llevar algo a la casa”.

Dolores Quijada también manifestó indignación. Aseguró que los castrenses le dan prioridad a personas que no permanecen en la cola.

Para afuera

A la 1:00 pm llegaron tres comisiones más de la Guardia Nacional para iniciar el desalojo del lugar.

Con pistola en mano, una funcionaria de la GNB se dispuso a retirar a quienes estaban en la parte externa del centro comercial, mientras otro batallón de uniformados advertía a quienes permanecían en la entrada del Bicentenario que debían desalojar el área.

Con gritos y amenazas lograron que los consumidores abandonaran la entrada.

Un joven que no suministró su identidad y aseguró que amaneció afuera del Bicentenario, fue uno de los que decidió no quedarse de brazos cruzados. Gritando: “Queremos comida. Estamos cansado”, exhortó al cierre de la avenida Municipal.

Su propuesta fue apoyada por la mayoría, quienes de manos agarradas trancaron el paso, pero de inmediato fueron dispersados por la GNB.

Tras la acción de los ansiosos por comprar, las puertas del centro comercial Regina, adyacente al Judibana fueron cerradas, mientras las personas se dispersaban.

Un lote de personas que quedó dentro de la tienda, tras la toma de sus alrededores, logró salir una vez que los castrenses desalojaron las adyacencias del Judibana. “Prácticamente estábamos secuestrados”, expresó María Peralta.

Ayer en el Abasto Bicentenario de Puerto La Cruz atendieron a los consumidores cuyo número de cédula termina del 5 al 9. Hoy corresponde al 0 y al 1.

A correr

El reportero gráfico del diario El Tiempo fue perseguido por unifor- mados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes al percatarse de que estaba captando gráficas sobre lo ocurrido en el Abasto Bicentenario de Puerto La Cruz, intentaron detenerlo para despojarlo de su cámara. El fotógrafo fue alertado por las mismas personas que hacían cola.

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