Este lunes, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció que mantiene “preocupaciones” por la crisis política en Venezuela y las acusaciones de Caracas contra Washington, aunque está abierto a mejorar la tensa relación bilateral.
“Tenemos preocupaciones” sobre las “circunstancias en el terreno” en Venezuela y las “acusaciones que han hecho contra Estados Unidos”, dijo la portavoz Jen Psaki durante una rueda de prensa.
Las relaciones entre los dos países, tensas desde hace más de una década, se volvieron a crispar en mayo tras las acusaciones de Caracas contra un embajador estadounidense por presuntamente planear un golpe de Estado y magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, que Washington califica de “absolutamente falsas”.
Pero en los últimos días los países, sin embajadores desde 2010, restablecieron encargados de Negocios por primera vez desde octubre.
Tras una pregunta sobre si el gesto representa una mejora en las relaciones bilaterales, Psaki dijo que, en el caso del enviado estadounidense a Caracas, “sólo es alguien que estará allá” representando los intereses de ese país, y que las preocupaciones “no han cambiado”.
Sin embargo, resaltó que Estados Unidos está abierto a “una relación de largo plazo con Venezuela”.
Washington denunció la violencia y la persecución de opositores durante las protestas antigubernamentales que sacudieron varias ciudades de Venezuela entre febrero y mayo, con un saldo de 43 muertos y miles de detenidos, y que según Caracas eran financiadas por Washington.
El gobierno estadounidense llamó a un diálogo entre el gobierno y la oposición, pero las conversaciones duraron pocos días sin resultados concretos.
A pesar de la tensa relación bilateral, Estados Unidos es el principal comprador de petróleo de Venezuela, que a su vez importa miles de productos de ese país. AFP