Baltasar Garzón, exmagistrado de la Audiencia Nacional española, quien estaría trabajando en la defensa de funcionarios chavistas señalados por EE.UU. de tener vínculos con el narcotráfico, ha contado con toda la disposición del Gobierno venezolano para sostener reuniones y visitas en el país.
Garzón trabaja en un informe para cuestionar la validez de los procedimientos utilizados por EE.UU. y que puede ser usado en la defensa de varios imputados, como los sobrinos de Cilia Flores, reseñó ABC.
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El pasado 28 de julio, Garzón se reunió en Porlamar con el general retirado y diputado Hugo «el Pollo» Carvajal, cuya detención es también reclamada por EE.UU., para preparar su informe.
Garzón, quien en 2012 fue expulsado de la carrera judicial española por prevaricación, llegó a Porlamar en una avioneta procedente de la República Dominicana, en la que viajó en compañía del también español Abel Torres Serrano y del empresario venezolano Carlos Eduardo Urbano, dueño de la aeronave.
Fuentes de inteligencia aseguran a ABC que Urbano cuenta con un «amplio dossier de corrupción», vinculado sobre todo a operaciones con Pdvsa, y tiene estrecha relación con Hugo Carvajal, por lo que él debió de haber mediado para el encuentro.
Carvajal acudió a recibirles y luego se marcharon todos, en un automóvil de la Gobernación de Nueva Esparta y con escoltas oficiales, a unos apartamentos de lujo puestos a disposición por el gobernador del estado, Carlos Mata Figueroa, alguien a quien algunos testigos también vinculan con el Cartel de los Soles.
Tras el encuentro, Garzón, Torres Serrano y Urbano se fueron de Venezuela en la misma avioneta.
Con información de ABC.
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