En Venezuela, volverse ecologista no es una decisión que se toma por iniciativa, sino porque no queda de otra. No es que se quiera proteger al medio ambiente, dejar de dar dinero a las corporaciones o simplemente ser excentrico… Es que las circunstancias no han dado para más y el venezolano a tenido que ingeniárselas para poder sobrevivir.
Ante la escasez de pañales, por ejemplo, ya se ve cómo comienzan nuevamente a utilizarse los pañales de tela. Las mujeres se han visto en la necesidad de recurrir a ellos ante la desesperación de no conseguir un artículo tan básico para los pequeños de la casa. Tal es el caso de Aurelia de Pérez quien se armó con su máquina de coser para hacerle pañales de tela resistentes a su nuevo sobrino.
Ver a su sobrino buscar en las tiendas y farmacias .el producto de higiene para bebés sin éxito empujó a Aurelia de Pérez a encontrar una solución con su máquina de coser. Le tomó mes y medio conseguir todos los insumos y el diseño ideal para hacer unos pañales de tela resistentes.
Al principio no tenía idea de cómo se hacía un pañal. “A mi sobrino le nació una bebé y estaba muy preocupado por el tema de los pañales porque no se consiguen. Por esa necesidad agarré uno de los desechables y me lo puse a ver. Intenté hacer uno pero no me quedó nada bien, se le salía el orine por los lados; así que me fui a una tienda de tela y me la recorrí completa, conocí los distintos tipos de telas que había hasta que encontré las ideales”.
La costurera y repostera comentó que en lo primero que pensó para armar el pañal de tela fue en la parte interior. “Pensé en qué podía comprar que pudiera retener el orine, compré.unos retazos de paño que los envolví en una guata para que fuera más suave y acolchado, también tela impermeable y la que lleva por fuera que es de muñequitos”. Para no dejar escapar el líquido consiguió un material que se asegura de mantener la orina dentro.
Los primeros intentos no salieron bien. “El segundo me quedó un poco mejor, pero el tercero que hice fue perfecto. Mi sobrina fue mi modelo, con ella probaba lo que estaba haciendo, luego conseguí otras tallas y con eso me guío”. La solución que pensó para su familia ahora también se la ofrece a extraños.
Ya vendió 11 de sus pañales de tela. Su sobrino fue uno de sus promotores. “Le preguntaban dónde los había conseguido y él les contaba que los hacía yo. Todo siempre fue muy callado, con la gente que uno conoce. Pero ya sí me estoy atreviendo a mostrarlos porque veo mucha gente sufriendo por eso, tienen que buscar soluciones porque no les queda de otra”.
Con información de La Verdad.