La falta de insumos en farmacias, hospitales y clínicas privadas ha colocado a los venezolanos en una situación de trágica indefensión, que va in crescendo a medida que los médicos, los paramédicos, los especialistas recién graduados se suman a lo que ya no es un éxodo sino una verdadera estampida de valiosos profesionales al exterior.
«En materia de intervenciones quirúrgicas el retroceso es de medio siglo, estamos trabajando como se hacía en los años 60 ó 70″, menciona un cirujano en un artículo de opinión publicado en Tal Cual.
En plena avenida me encuentro con Cirilo, un viejo amigo, urólogo para más señas, y como siempre la conversación se desborda apasionadamente sobre el drama nacional y sobre el cómo y el cuándo los venezolanos podremos superar tan terrible estado de cosas, ese tema que desde hace más tres lustros forma parte del modus vivendi de los venezolanos.
No es precisamente Cirilo un fan de Tibisay y su combo. Todavía debo tener por allí varios archivos, extensos y minuciosos, de esos que con cada elección rebotan de extremo a extremo del país, con las explicaciones técnicas de cómo se fraguaban los fraudes, vía La Habana o Cantv según los desconocidos expertos, que luego se anunciaban desde la baranda del CNE.
Creo que Cirilo los coleccionaba o al menos leía aquellos informes con gran interés. Lo que sí es seguro es que él también los rebotaba. Nos hacemos a un lado en la acera y conversamos en medio de ese ambiente ruidoso que tienen las vías céntricas de la capital.
Le transmito mi preocupación por lo que está viviendo todo el país, pero especialmente con el grandísimo riesgo en el que está la salud de los venezolanos y Cirilo me devuelve una angustia mucho mayor: «Lo que está ocurriendo es un crimen de lesa humanidad», me dice sin ambages.
Él, que es cirujano, padece junto con sus pacientes las dificultades en las que los coloca la falta de insumos para las cirugías. «En materia de intervenciones quirúrgicas el retroceso es de medio siglo, estamos trabajando como se hacía en los años 60 ó 70», afirma.
Ejemplariza tomando por caso las resecciones transuretrales de próstata, que es una técnica de secado, cuando aquí se venía utilizando la Glicina y sus casi mágicas propiedades, ahora hay que trabajar con agua destilada y emplear el fármaco Manitol para evitar la reabsorción de líquidos y los eventuales riesgos de edemas pulmonares.
No necesita explicarme Cirilo que eso lo puede hacer él, un veterano de mil batallas, pero no con la misma experticia los galenos recién graduados.
Quien quiera utilizar una técnica superior de resección, como es la llamada bipolar, se topará con que no hay las soluciones fisiológicas que se requieren.
Pero lo mismo vale para todo tipo de intervenciones quirúrgicas y distintas patologías.
La situación de retroceso cuando no de parálisis o semiparálisis se ha instalado en las más variadas áreas de la actividad nacional.
El país marcha inercialmente hacia el colapso, sin un plan, sin ninguna propuesta por parte del gobierno nacional, artífice de este modelo fracasado, está dedicado al remate de bienes en el exterior, empeñando el oro, endeudándose o conformándose con cobrar muy parcialmente lo que nos adeudan, para financiar su sobrevivencia en el poder.
Le menciono a nuestro amigo médico los mensajes de gente que llama a no votar pero no dice qué vamos a hacer al día siguiente con nuestras vidas.
Luego, recordando su intransigente escepticismo sobre la vía electoral, lo emplazo sobre qué vamos hacer: «No hay otra: votar decididamente y con la misma decisión defender el voto.
Votar sin ingenuidades y comprometernos todos, hombres y mujeres, con partidos o sin partidos, a vigilar y defender ese voto. Todo lo demás es incierto».
Se despide Cirilo, se pierde rápido entre el enjambre humano de la avenida. Me quedo preguntándome cuántos profesionales valiosos y apasionados por su país como él se han ido, y rechazo imaginarme que un día él y otros tantos también tengan que tomar a la dolorosa decisión de marcharse. Ojalá estemos a tiempo para evitarlo.
Con información de Tal Cual.