El método de estafa a través de las redes sociales o servicios de mensajería instantánea como WhatsApp, utilizando el «Hola, soy María», ha tenido algunas variantes usando nombres diferentes como Ana o Gabriela. Los estafadores pasaron de ofrecer dólares en venta para ofrecer bolsas de comida. Pero esta vez, una persona logró pasar de posible víctima a victimario.
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LA CONVERSACIÓN COMENZÓ ASÍ:
_____ Hola, es Ana cómo estás. Este es mi nuevo número .
__ Hola Ana ¿cómo estás y Enrique?
_____ Bien Gracias a Dios. Estamos todos bien. Mira, estoy vendiendo 100 dólares. ¿No sabes quién esté comprando?
__ Sí, Cheito está comprando, pero 500 porque se va del país.
_____ Yo tengo 500, se los puedo vender.
__ Ah bueno, déjame decirle y te aviso.
_____ Si dale que los necesitó vender rápido.
__ Me dijo que sí, Ana. Pero yo soy el que puede hacer el pago móvil y la clave me la pasa en 20 minutos y yo en 20 minutos estoy en la casa y allá no tengo ni wifi ni datos. No sé cómo haré para hacerte ese pago móvil. Al menos que me recargues el mínimo. Yo te paso eso, junto con la plata de los dólares. ¿Qué dices?
FINAL INESPERADO
_____ Sí, claro… Yo te recargo. No importa, no me pases lo que te voy a recargar, pero necesito vender esos dólares.
__ Gracias por la recarga men. Ojalá salgas pronto de esa cárcel para que te pongas a trabajar mi perrito.
_____ Te la lacriaste, mano.
Redacción Maduradas
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