Desde comienzo de 2015, advertimos del incremento de la violencia mafiosa, la corrupción de funcionarios militares y policiales, y el abuso de poder desde la gobernación del estado Bolívar y la alcaldía de Guasipati, contra centenares de mineros del oro en el sur de Guayana, y hoy se constata una verdadera masacre con más de 100 (cien) víctimas mortales solo en febrero pasado, reporta ACN.
Los poderes públicos nacionales han permanecido cuadrapléjicos, ciegos y mudos ante la escalada que se estaba incubando con trasegó de armas de guerra –desde revólveres y pistolas automáticas 9 mm hasta fusiles de asalta AH-47 y M15, subametralladoras y bazookas, de exclusivo porte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
En nuestra columna PASANDO LA HOJA publicada el 21.12.2014 en el semanario caraqueño La Razón y en este blog, reiteramos las denuncias y advertencias bajo el título “Aquí manda el hampa”:
”El gobernador Francisco Rangel Gómez es asociado al fracaso por el incremento del agresivo clima mafioso que oprime al pueblo en el estado Bolívar, fenómeno que involucra a guerrilleros y paramilitares colombianos, narcotraficantes y bandas de atracadores, secuestradores y extorsionadores asociados con corrompidos agentes de la policía regional, el Cicpc, la Guardia Nacional Bolivariana, el Ejército y el Sebin, protuberantemente en las zonas mineras del oro, el diamante y otras piedras valiosas como el coltan, llamado ‘oro azul’ por su creciente valor internacional.
“La pasada noche de miércoles a jueves, fue asesinado junto con su esposa, en la cama, el reconocido dirigente minero Pedro Fabio Arzola en su casa de El Callao. ‘Los masacraron a plomo’.
“Fabio ‘Manganzón’ (así llamaban cordialmente al defensor de los derechos de los mineros, “un pionero”) fue ‘asesinado con 42 balazos por haber denunciado por radio tanta corrupción y extorsión’, desatadas por sanguinarias mafias que así atemorizan a otros dirigentes mineros del sur de Bolívar, en el eje Guasipati-El Callao y otras zonas mineras. Hasta el viernes, la prensa regional no había informado del monstruoso crimen.
“Según testimonios confidenciales de mineros víctimas de las sanguinarias mafias extorsionadoras, ‘aquí manda el hampa’. La zona es hostigada permanentemente por los grupos criminales controlados desde la gobernación y la policía regional, que mantienen bandas armadas con decenas de fusiles de asalto (“Ak-47 y M15”), pistolas 9 mm. y otras armas de guerra como ‘lanzagranadas y bazookas… que le son suministradas por ‘El Gordo’ y ‘el hijo del Gordo’, que aquí todos saben quiénes son’.
“‘Llegan al campamento Las Vainitas, en helicópteros del Ejército o en camionetas negras sin placas con el alcalde a llevarse el oro y dejar las armas’, dicen indignados los denunciantes, ahora más atemorizados por el cruel asesinato de Fabio y su mujer.
“Esa plaga delictiva está descontrolada. Los mineros piden ‘al presidente Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello que vengan a la zona, esto es tierra de nadie, manda el hampa’.
“Esos testimonios indican que la zona minera de Bolívar es un polvorín: ‘Comenzó la guerra, los mineros se están armando y van a pelear’. Allá, la pudrición criminal es generalizada, de acuerdo con las denuncias recibidas”.