El comediante venezolano José Rafael Guzmán, quien fue liberado el pasado 18 de octubre de una prisión en el estado de Texas, Estados Unidos, reveló en una entrevista concedida a Cinco8 algunos de los episodios más difíciles que tuvo que enfrentar durante su estadía tras las rejas.
Previo a su encarcelamiento que duró unos dos meses, el comediante venezolano se encontraba haciendo realidad uno de sus sueños: recorrer Estados Unidos en carro. Aunado a ello, también recogía material para su canal en YouTube llamado Comida, Calle y Comedia.
En los últimos pasos de su recorrido Guzmán visitó en California una granja de cannabis, sustancia que emplea de forma recreacional sin esconderlo.
Todo marchaba muy bien hasta que fue detenido en una alcabala en Texas por agentes de patrulla fronteriza, organización aliada al ICE, un temible órgano de control migratorio en el país norteamericano. Fue entonces cuando Guzmán fue esposado y enviado a una pequeña prisión de Hudspeth.
De acuerdo con lo explicado por Cinco8, Guzmán habría podido pagar la fianza del 10% que era de apenas de 300 dólares. Pero de hacerlo así, habría sido deportado a Venezuela y no a México, donde ha estado viviendo en los últimos años.
La opción de regresar a su país de origen no estaba en sus planes. Allí fueron cancelados sus shows y programas de radio. Asimismo, pesa contra él una orden de aprehensión por «incitación al odio».
“Estar en la cárcel es una constante negociación para que no te cojan, y esto no lo digo echando vaina. Al principio todo gira alrededor de eso”, relató Guzmán.
Según comentó, la primera prueba la enfrentó desde el primer día de su llegada a una celda que compartiría con otros siete reclusos, cuando uno de sus compañeros lo abrazó con fuerza desde atrás con la cortina de la ducha como probando su fuerza, hasta que pudo soltarse.
En la noche, ese mismo compañero lo despertó cuando notó que posaba el pene sobre su mano. «Pegué un salto y el tipo volvió a reírse y a decir que era un juego” agregó.
“Me gustaría poder decir que fui un hombrote, pero no. Yo sabía que por la vía física no era la vaina, tenía que usar la cabeza. Tú no tienes fuerza corporal para ganarle a un bicho que carga 180 kilos, que todo el día anda haciendo planchas, que está todo yuca y que te quiere coger. Yo estoy demasiado orgulloso de que no me caí a coñazos ni una vez, y logré salir liso”, sostuvo Guzmán.
Redacción Maduradas con información de Cinco8.
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