Este lunes, en plena Cumbre del Mercosur en Paraguay, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, exigió públicamente y delante de Delcy Rodríguez, quien fue en representación de Maduro, la inmediata liberación de los presos políticos, entre ellos Leopoldo López.
Delcy, como delegada de Venezuela, respondió a esta solicitud calificándola de «injerecista» y se jactó del respeto a los derechos humanos que existe en el país, asegurando que «somos modelo en derechos humanos en el mundo».
Sin embargo, el régimen de Nicolás Maduro es denunciado por sistemáticas violaciones a los derechos humanos, algo que Delcy prefirió ignorar.
La oposición ha advertido en reiteradas ocasiones que en el corazón de Caracas funciona una prisión con siete celdas de 2 por 3 metros, ubicada cinco pisos bajo tierra en el nuevo edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Allí son torturados presos políticos y estudiantes detenidos por el régimen chavista. Por sus condiciones, se las conoce como «tumbas».
El primero en advertir de esta situación fue el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, quien estuvo en enero de este año en el país junto con otros ex mandatarios latinoamericanos, para interiorizarse sobre la crisis política venezolana y la detención del líder opositor Leopoldo López.
«En Venezuela, hay 83 presos políticos y casos aberrantes, como son los de las ‘tumbas’ cinco pisos bajo tierra con aire acondicionado a temperaturas por debajo de cero, donde meten a estudiantes que protestan y que no ven la luz por tres y cuatro meses», contó a la prensa a su regreso a Colombia.
La abogada defensora de los derechos humanos e integrante de la ONG Foro Penal Venezolano Tamara Sujú Roa también describió el horror del lugar, que se encuentra en la Plaza Venezuela de Caracas.
En el quinto sótano se hallan recluidos desde hace más de cinco meses tres jóvenes estudiantes, Lorent Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero, por protestar contra el gobierno de Maduro.
«En ‘la tumba’, cinco pisos por debajo de la superficie, no hay sonidos, no hay ventanas, no hay luz natural ni ventilación. Sólo se escucha el paso del metro, encima de la cabeza. Las siete celdas de dos por tres metros están alineadas de forma continua, una detrás de la otra, por lo que los detenidos no pueden verse», relató la abogada en el semanario La Razón a principios de año.
«PISO Y PAREDES BLANCAS, REJAS GRISES, CON UNA APERTURA POR DONDE LES METEN LA COMIDA. CAMA DE CEMENTO BLANCO»
«Piso y paredes blancas, rejas grises, con una apertura por donde les meten la comida. Cama de cemento blanco, mesa de cemento blanco. Los detenidos pasan las 24 horas del día encerrados, vigilados por cámaras y micrófonos. Sólo estiran las piernas cuando tocan un timbre interno para ir al baño, y hay veces en que no los sacan, por lo que tienen un bote previsto para esa emergencia», agregó.
De acuerdo con el diario español ABC, los familiares y abogados de Carrero, Saleh y Valles han denunciado en el primer mes de reclusión que los jóvenes ni siquiera podían dormir porque la luz blanca permanecía encendida durante todo el día y ponían el aire acondicionado a muy baja temperatura, como un frigorífico.
El aislamiento de estos jóvenes, día tras día, mes tras mes, termina siendo desquiciante. Sólo los han sacado al exterior tres veces, por una hora, en cinco meses. Todos están muy pálidos, obviamente, además las secuelas que deja la falta de vitamina D. Se les permiten libros, aprobados por los custodios, pero no tienen acceso a prensa, ni a noticias de ningún tipo», explicó Sujú.
Las denuncias de torturas contra opositores han sido una constante desde que comenzaron las manifestaciones contra el gobierno de Maduro hace un año. Casos como el de López, cuya esposa ha asegurado en múltiples ocasiones que está aislado, no le permiten recibir visitas y ha sido víctima de abusos policiales dentro de la cárcel de Ramo Verde, han acaparado la atención mundial.
Información de Infobae.