BBC Mundo realizó un reportaje sobre el colapso de los centros asistenciales privados y públicos en Venezuela ante la llegada de la segunda ola de la pandemia del coronavirus, profundizada por las variantes brasileñas en el país.
En la nota afirma que uno de los grupos de personas que no entran en los balances oficiales del régimen de Nicolás Maduro son los pacientes con covid-19 que son atendidos en sus casas, debido a la falta de cupos en los hospitales o clínicas, además del miedo de fallecer en esos centros asistenciales.
Uno de esos casos es el reportero gráfico Wildejohn Azuaje, quien prefirió recibir atención médica “por videollamada”, que acudir a un hospital.
Azuaje se aisló en su vivienda con su esposa e hijo que presentan síntomas de la enfermedad.
“Estoy preocupado, pero respiramos bien. Tengo a mi hijo encerrado en su cuartico, a mi esposa en el nuestro, cada uno en un cuarto encerrado”, señaló.
También está el caso de Gabriela Achela, quien convirtió el cuarto de su abuela “en una habitación de hospital”, después de intentar ingresarla sin éxito en varios centros sanitarios.
La joven de 28 años de edad aseguró que recorrió hasta ocho hospitales y clínicas, pero “la respuesta ha sido que no tienen espacio para recibir a más pacientes con covid-19”.
Achela debe acudir hasta dos veces al día a recargar los cilindros de oxígeno que necesita su abuela, de 77 años de edad. Cada llenado tiene un precio de $30 y puede “durar unas ocho horas”.
Redacción Maduradas con información de BBC Mundo.
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