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¡HISTORIAS DEL DÍA A DÍA! «No sé cómo conseguir una válvula para que mi hijo viva»

El drama se acentúa en Venezuela, donde vivir no es un derecho sino un milagro. Basta con acudir a un hospital del país para conocer tristes, pero lamentablemente, historias cada vez más frecuentes.

Catherine Artahona tiene 15 años de edad. Quiere ser bailarina y estudiar Idiomas. Ahora es madre y pasa sus días acostada al lado de su hijo de 3 meses de nacido en una cama de escasos 120 centímetros en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos. Sus planes se interrumpieron para mantener con vida a su bebé con diagnóstico de hidrocefalia poshemorrágica.

Foto: El Nacional.

Foto: El Nacional.

Artahona tiene el cabello largo, con las puntas verdes. Atesora un autógrafo de Nacho, el cantante de reguetón, dentro de la carpeta donde está la historia médica de su hijo porque la semana pasada el artista acudió el hospital a hacer donativos. Escucha a Justin Bieber para practicar su inglés mientras arrulla a su bebé en las madrugadas, cuando está más inquieto. “Es como yo que no duerme temprano”, comenta mientras le cuida la vía de solución que tiene conectada a la cabeza.

“Yo necesito conseguir una válvula de presión media que no hay en el hospital, pero me dicen que cuesta hasta 150.000 bolívares si es que la consigo. También mi hijo tiene problemas de coagulación y hasta que el líquido que tiene dentro de su cabeza no esté del color de esa solución, no se puede operar”, explica la madre adolescente con precisión.

El problema de coagulación de su bebé también tiene dificultad de insumos para tratarse en el centro de salud. Le recetaron usar plasma fresco congelado (hemoderivado), pero no lo hay en el hospital y debe buscarlo en el Banco Municipal de Sangre. Su familia debe comprar la solución, mariposa para tomar la vía, guantes, pañales y la fórmula láctea de su bebé porque el Ministerio de Salud dejó de suministrar el alimento de los lactantes. Los gastos se salen de su entendimiento.

Artahona vive en Guatire, estado Miranda, con sus padres. Su novio tiene 18 años, está en cuarto año de bachillerato y trabaja en un puesto de perros calientes de jueves a domingo para costear los gastos, reseñó El Nacional.

Cuenta que se le adelantó a los siete meses. Sus padres no pudieron reunir el dinero para dar a luz en una clínica por el parto prematuro y tuvo que acudir a las 4:00 am del 28 de diciembre al Hospital de Guatire. Le aplicaron un fórceps que ocasionó una hemorragia del bebé, pero jamás se lo informaron. Al mes, cuando el niño subió de peso, pudo irse a su casa. Cada día le crecía la cabeza y no abría los ojos. Desde el 17 de marzo sus días se pasan con otras dos madres con hijos con hidrocefalia y se convirtió en el octavo paciente que necesita una válvula en el J. M. de los Ríos.

“Mi hijo no nació con hidrocefalia congénita, sino que se la ocasionaron, pero jamás me informaron. No tiene ni vacunas porque en el hospital no había, y ahora aquí me dijeron que era preferible operarlo antes, pero no sé cómo conseguir la válvula para que viva”, detalla.

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