La noche del pasado jueves 18 de mayo, un hombre, de unos 40 años de edad, embistió su vehículo a gran velocidad para saltarse los controles de acceso a Ciudad del Vaticano, con la intención de ver al papa Francisco para contarle que había tenido visiones del diablo.
CNN en Español
Todas las alarmas se activaron en el pequeño Estado y los accesos que llevan hasta la residencia de Santa Marta, donde vive el Sumo Pontífice, fueron cerrados, luego de que el sujeto ignorara las instrucciones que le habían dado los soldados de la Guardia Suiza de que no podía ingresar al lugar sin las autorizaciones correspondientes.
De acuerdo con una fuente que habló con La Nación, el hombre estaba alterado y exigía ver a la cabeza de la Iglesia Católica. El ciudadano fue detenido por la gendarmería cuando estacionó su carro en el interior del palacio apostólico para bajarse por su propio pie.
“El vehículo, mientras tanto, logró llegar al patio de San Dámaso (el lugar al que normalmente llegan los jefes de Estado y de gobierno de visita oficial al Palacio Apostólico) y el conductor bajó en forma autónoma y fue bloqueado y arrestado por el cuerpo de la gendarmería”, cita la Santa Sede.
El Vaticano explicó en un mensaje a la prensa que un inspector de la Gendarmería, que custodiaba la puerta, “disparó con una pistola en dirección a los neumáticos delanteros del vehículo. Aunque alcanzó al vehículo en el alerón delantero izquierdo, el coche siguió su camino”.
Sin embargo, se logró cerrar a tiempo la puerta de la Casa de la Monada, que permite acceder a la parte trasera de la Basílica de San Pedro, a la plaza de Santa Marta y a los jardines vaticanos.
“Al término de su interrogatorio por el magistrado (del Vaticano) en presencia de su abogado, y una vez comprobado su estado, el conductor del vehículo que anoche entró ilegalmente en el Vaticano fue trasladado al departamento psiquiátrico del Hospital Santo Spirito in Sassia para recibir tratamiento médico obligatorio”, explicó la Santa Sede.
Redacción Maduradas con información de La Nación y EFE.
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