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¡QUÉ HORROR! Ucraniana cuenta que soldados rusos invadieron su casa, mataron a su esposo y abusaron de ella repetidamente mientras su hijo lloraba aterrorizado

Natalya, de 33 años de edad, relató la historia de cómo soldados rusos invadieron su casa, asesinaron a tiros a su esposo y la violaron varias veces durante horas el pasado 9 de marzo.

Alexader Ermochenko / Reuters

Ese testimonio podría representar la primera prueba en la causa por crímenes de guerra contra Rusia ante la Corte Penal Internacional (CPI).

La ucraniana dijo que decidió contar su experiencia al diario británico The Times para disipar los rumores de que los informes de violación por parte de las tropas rusas eran muy impactantes para ser verdaderos.

Natalya vivía con su esposo, Andrey, de 35 años de edad, en una pequeña aldea cerca del pueblo de Shevchenkove en el distrito de Brovary, en las afueras de Kyiv, donde el matrimonio construyó su primera casa cerca de un bosque de pinos. La pareja tiene un hijo de 4 años de edad llamado Oleskii. Cabe destacar que no son sus nombres reales, ya que son lo que ha escogido para contar la historia.

Brovary fue uno de los primeros lugares de batalla de las tropas rusas que trataban de asaltar la capital de Ucrania, Kyiv. El 8 de marzo, luego de percatarse de que los rusos habían llegado al pueblo, la pareja colgó una sábana blanca en la puerta “para mostrar que aquí solo hay una familia y nadie quiere hacer daño”.

Sin embargo, a la mañana siguiente, escucharon un solo disparo fuera de la vivienda y el sonido de la puerta al romperse. Al salir de su propiedad con las manos en alto, observaron a un grupo de soldados, uno con su rifle todavía apuntando a su perro que estaba muerto en el patio.

Dijeron que no sabían que había gente aquí, que no tenían intención de hacer daño. Todos los cuentos de habituales, ‘pensábamos que íbamos a entrenar, no sabíamos que nos enviarían a la guerra”, recordó.

Consecutivamente, los soldados rusos fueron a buscar combustible para un cuatriciclo que les habían robado a sus vecinos. El comandante habría mirado de manera lasciva a Natalya, identificándose como Mikhail Romanov, señalando que si no hubiera una guerra, seguramente tendrían un romance.

Había otro tipo llamado Vitaly que pidió perdón por el perro. Dijo que en su ciudad natal él y su esposa eran criadores de perros. (…) Mikhail en ese momento parecía un poco borracho. Les pedí que se fueran, porque mi hijo estaba asustado, solo tiene cuatro años. Les dije, ‘pueden irse, han revisado la casa y ahora solo lo están asustando’”, contó.

La ucraniana precisó que el comandante se volvió agresivo cuando vio una chaqueta de camuflaje en el vehículo de su esposo y abrió fuego, disparándola, antes de amenazar con volar el auto de Natalya con una granada.

Aunque ella le rogó que lo dejara para emergencias, el comandante le arrebató las llaves, aceleró el motor y lo estrelló contra el tronco de un árbol caído antes de dejarlo e irse.

Tras el anochecer, escucharon una conmoción en la puerta y su esposo salió a ver qué estaba ocurriendo, dejando la puerta abierta.

Escuché un solo disparo, el sonido de la puerta abriéndose y luego el sonido de pasos en la casa”, expresó.

El comandante Romanov había regresado con un hombre distinto de unos 20 años de edad, vestido con un uniforme negro. “Grité, ‘¿dónde está mi esposo?’ Luego miré afuera y lo vi en el suelo junto a la puerta. Este joven me apuntó con un arma a la cabeza y dijo: ‘Le disparé a su esposo porque es nazi’”, reveló.

Natalya llamó a su hijo para que se quedara en la sala de calderas donde se habían estado refugiando del bombardeo. “Dijo ‘será mejor que te calles o traeré a tu hijo y le mostraré los sesos de su madre esparcidos por la casa’”, dijo.

Me dijo que me quitara la ropa. Luego ambos me violaron uno tras otro. No les importó que mi hijo estuviera llorando en la sala de calderas. Me dijeron que lo callara y volviera. Todo el tiempo sostuvieron el arma junto a mi cabeza y se burlaron de mí, diciendo ‘¿cómo crees que lo chupa? ¿La matamos o la mantenemos con vida?’”, agregó.

Luego de un tiempo, los soldados se fueron y ella fue con su hijo Oleksii, quien se encontraba paralizado por el miedo y se rehusaba a moverse. Aproximadamente 20 minutos después, volvieron y la violaron nuevamente antes de tropezar. “Cuando regresaron por tercera vez, estaban tan borrachos que apenas estaban de pie”, dijo Natalya.

“Eventualmente, ambos se quedaron dormidos en las sillas. Entré sigilosamente en la sala de calderas y le dije a mi hijo que tenemos que huir muy rápido o nos dispararán”, comentó.

Oleksii la siguió en silencio hasta el patio. “Mientras abría la puerta, mi hijo estaba parado junto al cuerpo de su padre, pero estaba oscuro y no entendió que era su padre. Dijo ‘¿nos dispararán lo mismo que a este hombre aquí?’”, recordó.

Ambos pudieron huir a través de los campos a la propiedad de un vecino y después a Brovary al día siguiente, y más tarde a la provincia occidental de Lviv. Natalya nunca pudo darla la noticia del asesinato de su padre a su hijo.

En Brovary se quedó con sus suegros, quienes la enviaron a un pueblo en las afueras de Ternopil donde la hermana de su esposo ya había sido evacuada con sus hijos. Fue ella quien exhortó a Natalya a denunciar su violación y el asesinato de su esposo a la policía.

Podría haberme quedado callada, pero cuando llegamos a la policía, la hermana de mi esposo me hizo hablar y no había vuelta atrás. Entiendo que muchas personas que han sido heridas se quedan calladas porque tienen miedo. Mucha gente no cree que sucedan cosas terribles como esta. Una de las mujeres con las que estuve después envió un mensaje al grupo de la aldea y la gente decía ‘deja de inventar historias’”, enfatizó.

La ucraniana habría identificado a Romanov en los perfiles de las redes sociales y supuestamente se enteró de que fue acusado de múltiples violaciones.

Redacción Maduradas con información de Infobae.

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