Tras una vida clericar ejemplar, un sacerdote italiano decidió tomar una decisión que escandalizó a la Iglesia Católica.
Fotos: Corrieredellasera-La Vanguardia
Composición: Maduradas
Se trata de Giuliano Costalunga, un sacerdote que colgó su sotana para unir su vida con la de otro hombre.
Giuliano, de 48 años, fue descrito por los feligreses de Selva di Progno e Giazza, Verona (Italia) como un gran cura. Pero en febrero pasado decidió escribir uan carta al obispo de Verona, Giusseppe Zenti, explicando su intención de casarse con Paolo.
“He dejado el ministerio sacerdotal con dolor, porque yo creo que un hombre cree en Dios y ama Jesús puede ser un buen cura, que dice la palabra de Dios, que la vive… Pero claro, la Iglesia católica no lo permite, así que para mí no era posible continuar”, comentó Costalunga.
La pareja ha causado mucho escándalo al afirmar en distintos medios la siguiente frase: “nuestro amor es un amor en Dios. Lo que hace maravilloso nuestro amor es que no somos dos, somos tres”.
La pareja se conoció en Napolés, cuando el excura se recuperaba de un cáncer en un hospital. Cafés, conversaciones y mucha química transformaron una amistad en amor.
“En cuanto entendí que lo amaba, dejé la parroquia, comencé a vivir con él y aunque no tenía parroquia seguía siendo cura y decía misa de vez en cuando en iglesias que me llamaban”, explicó.
Se casaron el pasado 28 de abril en Maspalomas, Gran Canaria (España) y alli viven. Aunque la comunidad local es muy respetuosa con los gay, afirman que han sido muy perseguidos: “Dicen que nos hemos fugado aquí para ocultarnos”, lamentó el antiguo párroco. “Incluso han dicho que nos hemos cambiado los nombres por los de Julián y Pablo para que no nos reconozcan”.
El expárroco incluso se hizo un tatuaje en el que se lee: “Eternamente tuyo, eternamente mío, eternamente nuestros”,
La Iglesia reaccionó indignada y le prohibió al cura celebrar sacramentos en público o en privado. También, se le instó a que pida la “baja” al Vaticano.
Por ahora, la pareja asiste a misa, comulgan y consideran que “es fundamental tener a Dios en nuestra vida”. No creen estar cometiendo pecado alguno porque dicen que Jesús habló del amor en general: “Habló de amor, no de amor homosexual, heterosexual, transexual… Habló del amor en su totalidad”, argumenta el exprelado.
Redacción Maduradas con información de La Vanguardia
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