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¡IMPORTANTE SABER! Por qué aún no se sabe cuál es el animal responsable del nuevo coronavirus

¿Qué animal transmitió el nuevo coronavirus al ser humano? Para identificar al sospechoso, los científicos emprendieron una investigación metódica, digna de la policía científica.

Reuters

¿Falta un eslabón?

El animal que alberga un virus sin estar enfermo y que se lo puede transmitir a otras especies se llama “reservorio”. En el caso del nuevo coronavirus, se trata seguramente del murciélago pues, según un estudio reciente, los genomas de este virus y de los que circulan en este animal se parecen en un 96%.

Sin embargo, “se cree que hay otro animal intermedio” que transmitió el virus al hombre, explicó a la AFP Arnaud Fontanet, del instituto Pasteur. Los análisis muestran que el virus del murciélago no estaba equipado para fijarse en receptores humanos. Así que quizá pasó por otra especie para adaptarse al ser humano.

Todavía no se sabe qué animal jugó el papel de intermediario. De momento, se descartó que pudiera haber sido una serpiente, una hipótesis planteada por investigadores chinos.

En vista de la naturaleza de este coronavirus, “el huésped intermedio probablemente sea un mamífero, quizá un roedor o un animal de la familia de los tejones“, apuntó Fontanet.

Los científicos creen que se trata de uno de los animales que se vendían en el mercado de Wuhan, la ciudad china en la que surgió la epidemia. Pese a llamarse “Mercado de mariscos”, en él se vendían muchos tipos de animales, incluyendo mamíferos salvajes, para el consumo humano.

Durante la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS, 2002-2003), igualmente causada por un coronavirus, el intermediario era la civeta, un mamífero muy popular en la gastronomía china.

¿Cómo encontrarlo?

Hay que hacer una lista con todos los tipos de animales vendidos en el mercado y realizar análisis para ver si son portadores del virus. Para ello, se lleva a cabo la toma de una “muestra faríngea [en la garganta] o se toman muestras fecales”, según Fontanet.

La viróloga Martine Peeters, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), investigó en África para encontrar al reservorio animal del virus del Ébola. También en aquel caso el murciélago era la causa. Los investigadores describieron la toma de muestras de ese animal: “les pasamos un hisopo por dentro de la boca y por el recto”.

Si no pueden contar con el propio animal, se toman muestras de excrementos. “Recogimos miles de cacas en numerosos lugares de África”, explicó Peeters a la AFP.

Seguramente, los investigadores chinos encargados del nuevo coronavirus hayan hecho lo mismo, puesto que el mercado de Wuhan fue clausurado al comienzo de la epidemia.

A finales de enero, afirmaron “haber realizado 585 tomas en los puestos y en un camión de basura” del mercado, y “haber encontrado coronavirus en 33 de ellas”, indicó Fontanet. “No dicen de qué muestras se trataba, pero creo que eran excrementos de los establecimientos”.

¿Por qué es importante?

Porque así se podrá impedir que el virus reaparezca, una vez se haya atajado la epidemia.

“Prohibiendo el consumo de civetas y cerrando las granjas de cría se pudo evitar cualquier reintroducción” del virus SRAS en los humanos, recordó Fontanet.

¿Cuánto tiempo llevará?
“Esto puede ser muy rápido, como con el SRAS, pero también muy lento“, dijo a la AFP Eric Leroy, virólogo y veterinario del IRD.

“En el caso del Ébola, las investigaciones del reservorio empezaron en 1976 y los primeros resultados se publicaron en 2005”, subrayó.

Para el virus del sida, el VIH, “la investigación duró veinte años” antes de que se señalara a los grandes monos, explicó Martine Peeters.

Uno de los factores importantes es la proporción de animales infectados dentro de una misma especie.

“Si es muy baja, menos del 1%, por ejemplo, esto disminuye las posibilidades de dar con el animal infectado evidentemente”, avisó Leroy.

¿Y luego?

“Son los contactos entre animales salvajes y humanos los que están en el origen de estas transmisiones, así que habría que dejar a los animales salvajes donde estén“, consideró Fontanet.

En la conclusión de un estudio publicado el lunes en la revista médica Nature, un grupo de científicos chinos defendieron “la instauración de una legislación estricta contra la cría y el consumo de animales salvajes“.

De momento, se adoptó una medida transitoria: a finales de enero, China prohibió el comercio de todos los animales salvajes mientras se ataja la epidemia.

“Cada vez intentamos extinguir un incendio y cuando lo extinguimos, esperamos al siguiente”, lamentó François Renaud, investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS).

Según él, se deberían implantar medidas de “vigilancia” para “cartografiar todo lo que sea potencialmente susceptible de transmitir agentes infecciosos al ser humano” y así tener “una especie de inventario de riesgos”.

“Hay que evitar las epidemias y trabajar con antelación”, añadió, si bien admitió que una “base de datos mundial” de ese tipo representaría “un enorme trabajo” y requeriría de una financiación importante.

Con información de AFP

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