Aunque la vida de los futbolistas de élite se encuentra llena de lujos, muchos están obligados a administrar sus ganancias pues, pasada cierta edad, son pocos los que siguen vinculados a ese deporte, ya sea en cargos dirigenciales, entrenando equipo, u otro oficio tras el retiro.
EFE- Alchetron
Mientras que algunos deciden invertir su dinero para producir más rédito económico tras decirle adiós a las chanchas, otros optan por experimentar una vida colmada de excentricidades sin interesarles qué les esperará el día de mañana, uno de esos casos fue el que dio a conocer el exdefensor de Inter Fabio Macellari.
El exjugador italiano le ofreció una entrevista al programa televisivo Live-Non è la D’Urso en el que conversó desde su nuevo puesto de trabajo: una panadería a las afueras de Italia.
“Me divertí tanto que una persona normal necesitaría cuatro vidas para divertirse como lo hice en esos años”, recordó.
Macellari, de 45 años de edad, ingresó al Inter en el 2000 y formó parte de un equipo lleno de personalidades como Ronaldo, Javier Zanetti, Laurent Blanc, Andrea Pirlo y Clarence Seedorf. Ese club futbolístico llegó a pagar más de 7 millones de euros por su transferencia luego de su actuación en el Cagliari.
“En un momento tiré todo a la basura. Dinero y carrera con ciertas actitudes. Si pudiera volver el tiempo atrás, las cambiaría”, confesó.
Después de salir del Neroazurri, pasó por el Bologna y volvió al Cagliari antes de terminar en equipos del ascenso de Italia. Sin embargo, ya era demasiado tarde, la fortuna que pudo tener durante su estadía por la Serie A, la había malgastado en drogas, alcohol y noches con amistades: “Salía con mis amigos, pasaba la noche afuera, volvía por la mañana y llegaba tarde al entrenamiento. Pasar a las drogas fue de un momento a otro”.
Las dificultades con las drogas se volvieron cada vez más fuertes, no obstante, sus seres queridos estuvieron presentes para frenarlo: “Con el apoyo de mi familia salí de allí. Ahora trabajo en la panadería y voy con el tractor a cortar madera”, añadió.
Al mismo tiempo, aceptó que la falta de consciencia le jugó en su contra: “Cuando eres joven, no te das cuenta de lo afortunado que eres porque hay mucha ganancia (…) La buena vida que veo que hacen los influencers hoy, es la que hice yo. Siempre ofrecía en la discoteca, siempre gastaba para otros. Pero cuando dejas de jugar, el dinero no alcanza para mantener ese estilo de vida”.
El exfutbolista que en la actualidad se encuentra divorciado y tiene un hijo aseguró que todavía guarda las esperanzas de estar otra vez relacionado con el fútbol italiano: “Me gustaría trabajar en la Serie A. Me gustaría trabajar con gente así para transmitir todo lo que experimenté. Dado mi pasado y los errores que cometí, es difícil de esperar, pero tengo la conciencia tranquila y tengo otra vida hoy. Espero que alguien vuelva a confiar en mí”.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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