Las enfermeras que se sumaron al paro indefinido confesaron que sus sueldos no les permiten mantenerse, por lo que, para poder hacerlo, recurren a actividades como el comercio informal.
Este es el modo de vida de algunas de las trabajadoras del sector salud que se unieron al paro indefinido hasta que el Gobierno nacional ajuste los salarios y amenazaron con renuncias masivas.
Joanna Romero, una enfermera del hospital J.M. de los Ríos indicó: «Si hubiera sabido que iba a pasar tanto trabajo, no hubiera estudiado enfermería. Yo soy de Santa Teresa del Tuy (estado Miranda) y tengo que trasladarme hasta aquí para poder trabajar. Cuando no estoy trabajando, vendo café por mi casa para poder redondear mi sueldo. He pensado en irme a Perú a vivir. Tengo gente allá que me dice que le va bien, pero para emigrar también necesitas tener plata. El dinero que tengo no me alcanza ni para hacer la licenciatura aquí en el país».
Por su parte, Gabriela Blanco, quien presta servicio de enfermería en el mismo centro asistencial, explicó: «Yo trabajo en el servicio de Medicina III aquí en el Hospital de Niños. Antes éramos siete enfermeras y ahora solo quedamos tres. Una enfermera tiene que atender ocho pacientes cuando lo normal es que atienda dos».
En este sentido, detalló: «Ahora estoy embarazada y mi sobrina, que es enfermera y está en Colombia, es la que me manda plata para poder subsistir aquí. Tiene tres meses allá y le va bien. Estoy pensando en irme con ella porque lo que uno gana aquí no alcanza para vivir».
Redacción Maduradas con información de Efecto Cocuyo .
Lea también:
¡AY, PAPÁ! El mensaje de Pence antes de iniciar otra gira por América Latina que pondrá a sudar a Maduro y su combo