La crisis económica, política y social que afecta a Venezuela no ha mermado ni por un momento. Por una parte, en plena emergencia, los venezolano optaron por la adopción del dólar como una forma de adaptarse y cuidar su dinero mientras el bolívar iba en declive.
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Según un artículo compartido por La Prensa de Lara, sin importar cuánto esté cobrando un trabajador, día a día pareciera que el mismo monto es menos útil a la hora de ir a cancelar bienes y servicios.
De hecho, en un balance económico de los primeros seis meses de este 2022, hecho por Ecoanalítica, detectaron y estimaron que el costo de vida en dólares en Venezuela tuvo un incremento de 16%, lo cual afectó, duramente, a las empresas productoras, así como al poder adquisitivo de los salarios en el país.
«La poca capacidad productiva de Venezuela genera que los precios vayan creciendo ante la poca competencia en el mercado, enfatizó que eso es consecuencia de aquella campaña y política de expropiaciones», comentó la economista Liuba Malpina.
A su juicio, esa acción de «perseguir» a la empresa privada generó un proceso de «desmotivación» en el incentivo de inversión que, a la larga, empezó a generar una caída importante en el parque productivo venezolano.
«Los pocos empresarios que quedaron en pie, se encuentran sometidos a estructuras parafiscales que encarecen el proceso productivo«, agregó.
Así mismo, otros expertos en el área económica afirman que la «mejora» de la economía requiere de «tiempo, inversiones locales y extranjeras, y de talento humano».
Redacción Maduradas con información de La Prensa de Lara
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