En medio de los fuertes escándalos por pedofilia que han azotado a la Iglesia Católica en los últimos años, un caso ha estremecido a la sociedad colombiana.
Foto: La Opinión
El sacerdote Germán Restrepo Quintero, quien decía pertenecer a la iglesia Santa Apostólica Jesús de la Buena Esperanza, se suicidó el pasado 8 de agosto al tomar cianuro al término de una audiencia en la que la Fiscalía le imputó cargos por abuso sexual contra menores de edad.
Restrepo además fue acusado de estaba hace unas décadas, pero siempre se declaraba víctima de «persecución y calumnias». Sin embargo, las iglesias católica, anglicana y ortodoxa, a las que decía pertenecer, no lo respaldaron.
Los familiares de las niñas supuestamente violadas por este hombre aseguran que el presunto sacerdote, después de ganarse la confianza de las menores, les daba una bebida que las mareaba, mientras se encerraba con las posibles víctimas para abusar de ellas.
«Él utilizaba una «agua de vida» y les daba (…) muchas de ellas decían que se sentían mareadas y ahí era donde él aprovechaba para abusar de ellas. Mi hija fue víctima de este señor y pido justicia», dijo en su momento la madre de una de las menores que fue víctima de los abusos.
Redacción Maduradas con información de La Opinión
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