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¿JUEGA CON FUEGO? Imagen de Capriles corre riesgo al participar en diálogo con el Gobierno

El líder opositor venezolano Henrique Capriles asume un gran riesgo al participar en los diálogos de paz convocados por el régimen de Nicolás Maduro, al involucrarse en una situación que podría erosionar aún más su capital político a cambio de participar en un proceso que no va a ninguna parte, advirtieron analistas.

Los especialistas consultados aseguraron que el diálogo que se inicia el jueves en Caracas es solo un evento de fotografía, que no podrá detener el creciente descontento que se está acumulando en contra del régimen de Maduro, ni la feroz represión emprendida por su régimen, que ha dejado un saldo de 39 muertos, más de 600 heridos y más de 2,200 detenidos.

“Lo que está pasando en Venezuela ya adquirió vida propia. La protesta, la resistencia que lleva 60 días en Venezuela, no la están conduciendo Capriles, ni la Mesa de la Unidad Democrática [MUD]”, dijo en Miami el analista político Rafael Revilla.

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El asesor político Orlando Viera-Blanco coincidió.

“Maduro no va a poder superar la crisis con ese diálogo”, sostuvo Viera-Blanco también en Miami. “Por lo pronto, lo que podría ganar es una especie de tregua espontánea, de respiro que no pasa de 48 horas”.

Capriles y la MUD, en cambio, podrían verse perjudicados políticamente entre los sectores de la oposición, al verse demasiado dispuestos a darle una mano a Maduro, dijo Viera-Blanco.

“La MUD se ha convertido en el operador político de menos prestigio según las últimas encuestas”, señaló.

El otrora candidato presidencial de la oposición aseguró que acudirá el jueves al diálogo, en un mensaje en el que también les pidió a los venezolanos a ver la transmisión en cadena de radio y televisión, porque pretende tomar la oportunidad para hablar con la verdad en la mano.

“Yo voy mañana (jueves) a defender la verdad […] Mañana (jueves) todos vean la cadena porque les aseguro que si esa reunión es en Miraflores cuando nos toque hablar temblará Miraflores, porque le diremos al gobierno la verdad”, dijo Capriles en un acto público.

El gobierno de Venezuela y la oposición acordaron el martes sentarse a conversar en una reunión que será pública y contará con la presencia de tres cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y a la que también se extendió una invitación al Vaticano para ser “testigo de buena fe”.

Pero, según los analistas, Capriles podría estar jugando el papel del tonto útil al involucrase en un proceso que por un lado está condenado al fracaso, y que por el otro, solo beneficia al gobierno.

“El diálogo es una legitimación para Maduro, que había perdido legitimidad internacional y este proceso le permite recuperarla. Le permite volver a montarse sobre un criterio de que es democrático y de que tiene legitimidad para gobernar, lo que había perdido con la violación de los derechos humanos”, dijo Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends, en Washington.

Los analistas coincidieron en que el diálogo en realidad es un puente a ninguna parte debido a que el régimen no puede brindar las condiciones mínimas necesarias para garantizar su éxito.

Estas debería ser el cese inmediato de la ola represiva que ha provocado muertes y lesiones a cientos de estudiantes, además de propiciado casos de torturas que han conducido a la introducción de denuncias contra el régimen en foros internacionales por haber cometido crímenes de lesa humanidad, dijo Revilla.

“Cualquier conversación de estas, si no hay salida de los presos políticos, si no hay la liberación de los estudiantes, si no hay un cese a la represión, eso no va a funcionar, no se va a desactivar el movimiento”, comentó.

Pero lo que es más curioso, Capriles tampoco está en condiciones de ofrecer lo que el régimen más desea, y lo que le daría verdadero poder de negociación: la posibilidad de poner fin a las manifestaciones.

Revilla dijo que los dos meses de manifestaciones de protesta más bien se han realizado a pesar de los esfuerzos de Capriles y de la MUD por desactivarlas, o al menos de bajarles la intensidad.

Los estudiantes y las personas que se han sumado a la protesta en realidad se identifican con los líderes de la oposición Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, quienes son los líderes que han estado promocionando la protesta como la vía para salir del régimen, agregó.

Viera-Blanco coincidió en que Capriles no está en condiciones de ofrecer el fin de la protesta, lo que hace que el diálogo sea irrelevante para la lucha de fuerzas que se está generando en el país.

“Es un diálogo al que le van a pasar por encima los factores en protestas. Los ciudadanos indignados ya están expresando su estupor por el anuncio. No puede haber diálogo mientras sigan los presos políticos, no puede haber diálogo mientras mueran inocentes en Venezuela y no se sabe de los responsables”, dijo Viera.

Este artículo fue complementado con los servicios cablegráficos de el Nuevo Herald.

Fuente: El Nuevo Herald.

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