Los crecientes niveles de la hiperinflación sumado a los controles de precios impuestos por el Gobierno venezolano, ha llevado a una crítica situación en el sector del transporte aéreo en este país, donde la flota nacional se ha reducido en un 80% durante los últimos cuatro años.
Foto: Caraota Digital
A esta problemática se suma el retiro constante de líneas aéreas internacionales que han abandonado Venezuela desde el año 2016.
De acuerdo con Jorge Álvarez, presidente de la Cámara de Empresas Venezolanas de Transporte Aéreo (Ceveta), solo ocho compañías locales continúan en funcionamiento. Entre las más activas se encuentran: Laser, Avior y la estatal Conviasa.
Según explicó, las aerolíneas han reducido sus servicios debido a la falta de dólares, que no han podido obtener a través del sistema de control del divisas del país.
“No tenemos repuestos porque el Gobierno no puede proporcionar la moneda dura que necesitamos”, dijo Álvarez a Reuters.
Control de precios
El Gobierno es la figura encargada en Venezuela de fijar los precios de los boletos, en moneda del bolívar local, mientras que los repuestos se adquieren en el extranjero en dólares. Álvarez sostiene que con el valor del bolívar que se deprecia aceleradamente, se vuelve imposible costear el mantenimiento requerido en la flota.
Ante ello, las aerolíneas no pueden vender los boletos por encima del precio establecido por las autoridades. Sin embargo, los costos de los vuelos suelen ser aproximadamente la mitad de lo que vale un viaje en taxi al aeropuerto.
Para conseguirlos, generalmente los usuarios se ven obligados a recurrir a intermediarios, que los venden a precios por encima del doble del regulado.
“Las regulaciones hacen que los vuelos nacionales no sean rentables. El problema es que los precios reales están muy por encima de lo que el venezolano promedio puede pagar”, mencionó Nicola Furnari, de la asociación de la industria de viajes y turismo, Avavit.
Hasta 24 horas de espera en los aeropuertos
Para los vuelos nacionales, las aerolíneas solo venden boletos de ida. En consecuencia, los pasajeros una vez que viajan, hacen colas durante horas en el aeropuerto en espera para obtener un pasaje que los lleve de vuelta a sus hogares.
Ismelida Fernández, viajó hasta Caracas desde la isla de Margarita con su hermana para recibir tratamiento para un tumor cerebral y tuvo que esperar 24 horas para obtener un boleto de regreso.
“Mi hermana estuvo llorando toda la noche por el dolor en la cabeza”, dijo Fernández, en el aeropuerto de Maiquetía y explicó que tuvieron que anotarse en una lista de espera. “Me hace sentir completamente impotente”, agregó.
Con información de Reuters
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