El régimen de Nicolás Maduro está logrando atraer por primera vez en años a quienes reciben remesas en dólares desde el exterior en el marco del estricto control de cambios vigente desde 2003, tras ofrecer una tasa de cambio oficial más alta que la del mercado paralelo sin regulación.
Las remesas han aumentado cada vez más porque unas tres millones de personas han emigrado desde 2015 del país, golpeado por la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas.
El Banco Central de Venezuela (BCV) mantiene fija la tasa oficial de cambio en 3.297 bolívares, una paridad que por primera vez supera el precio del dólar en el mercado negro, que cotizaba en la jornada en unos 2.486 bolívares, según el sitio de Internet Dolar Today.
Después de superar los 3.000 bolívares por dólar, la tasa no regulada ha bajado en días recientes en medio de una restricción fuerte de bolívares por una medida que obligó a la banca a esterilizar sus reservas en moneda local en el banco central.
Firmas consultoras calculan que llegan unos 1.000 millones de dólares anuales de remesas.
La paridad del mercado informal, que siempre estuvo por encima de la que fija el BCV, servía de referencia para la mayoría de los precios de la economía local y contribuyó a presionar la inflación que según la AN, alcanzó casi dos millones por ciento en 2018.
Luego de que el bolívar se debilitó cerca de un 99 por ciento en el mercado negro durante 2018, el banco central optó por reconocer en enero ese precio del dólar y estableció incluso una tasa mayor, muy atractiva para quienes buscan cubrir sus gastos con algunos dólares extras.
Gracias al atractivo cambio oficial, las agencias como Italcambio están captando en la última semana unos 70.000 dólares diarios en efectivo o remesas, un monto hasta diez veces mayor al que tramitaban a fines de 2018, dijo una fuente del sector financiero.
Redacción Maduradas con información de Reuters
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