Desde el pasado viernes 4 de febrero, hay toque de queda en Petare, por orden del caudillo de la zona: «Wilexis». La razón sería, aparentemente, el empeño de cuerpos policiales de aprehender al líder del barrio.
Las calles del barrio José Félix Rivas están desoladas y quienes se atreven a salir, con temor de un nuevo enfrentamiento entre policías y miembros de la banda de «Wilexis», son, sobre todo, mujeres y personas de la tercera edad. Los varones menores de edad son sospechosos para los uniformados.
De acuerdo con lo reseñado por El Estímulo, el barrio, normalmente, movido y concurrido, luce desolado y con un tenso silencio, a la espera de un eventual enfrentamiento. En contraste, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) suben y bajan la barriada en busca del líder de la zona.
Aparentemente, el toque de queda y cese de actividades fue comunicado por la banda a través de audios de WhatsApp, los cuales son casi imposibles de rastrear, ya que los vecinos los difunden entre ellos y se niegan a dar detalles sobre el origen de los mismos. Temen por sus vidas, por lo que prefieren obedecer.
Por esto, las santamarías de los negocios de la zona permanecen abajo, no hay casi tránsito vehicular y son muy pocas las personas que caminan por las localidades. Los autobuses que llegan al último sector del barrio se devuelven antes de su parada.
Nadie quiere revivir la guerra ocurrida en mayo de 2020. Tienen más temor de vivir en el barrio cuando la policía está cerca que cuando los lidera «Wilexis».
Redacción Maduradas con información de El Estímulo
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