Cada país de América Latina cuenta con distintas formas de celebrar el año viejo que se va y recibir a uno nuevo que llega. Las personas de diversas naciones tienen un ritual para cerrar un ciclo y comenzar otro con buen pie.
AFP
No obstante, BBC Mundo asegura que algunos de ellos son similares, con una que otra variante dependiendo del país.
Uno de los rituales más conocidos son las famosas 12 uvas que se debe comer una por cada campanada a las doce de la noche mientras pides un deseo.
Asimismo, hay personas que guardan un billete en el bolsilo o colocan una moneda en el zapato para que no falte el dinero en el año entrante.
También existen aquellos que le dan una vuelta a la manzana con una maleta para garantizar un año en el que no escaseen los viajes, incluso incluyen al pasaporte en ese ritual.
Además, hay rituales menos conocidos como “el baldazo”, realizado en Uruguay, que consiste en lanzar un balde lleno de agua por la ventana hacia la calle. La tradición dice que ahuyenta las penas del año que finaliza y de la bienvenida a uno de prosperidad. Algunos tiran un vaso o una “bombita” llena de agua.
En cuba también se hace algo parecido llamado “el cubazo”, con la finalidad de limpiar las energías y dar diversión a los vecinos.
En Uruguay también se suele tirar los viejos calendarios ya rotos o quemados por las ventanas, con la finalidad de deshacerse de todo lo viejo para darle espacio a los nuevos objetivos se vendrán con el nuevo año.
Al mismo tiempo, en algunos países se acostumbra a limpiar la casa a fondo como acto purificador, ya sean con zapatos que ya no se utilizan o algo que no se necesite.
En muchos países de América Latina se quema un muñeco o monigote elaborado de materiales inflamables, como papel, aserrín y ropa vieja.
En Ecuador, el muñeco puede representar a un personaje famoso, ya sea real o ficticio, como un político o el protagonista de una película.
Esa tradición está acompañada de “las viudas”, hombres vestidos de mujeres con exagerado maquillaje y peluca que “lloran” por “el viejo” mientras pasean entre el tráfico pidiendo una recolecta que luego emplearán para la fiesta.
Las lentejas también se suelen consumir porque se cree que el alimento significa buena salud y fortuna, pero hay quienes no se limitan solo a comerlas.
También existen personas que ponen lentejas en aquellos lugares donde suele haber dinero, como los bolsillos de la ropa o la billetera.
Aunado a ello, hay personas que reciben el Año Nuevo abrazando a sus seres queridos con un puñado de lentejas en la mano.
En Perú y Bolivia no puede faltar el ekeko, una figura de unos pocos centímetros que simboliza a un hombre vestido a la manera típica de los altiplanos andinos.
Se piensa que esa figurita viene cargada con una gran cantidad de bultos llenos de comida y objetos de necesidad. Y si se le cuida bien traerá abundancia y alegría.
Por otra parte, en algunas naciones de Centroamérica se suele cascar un huevo y ponerlo en un vaso con agua. Hay quienes lo dejan toda la noche del 31 de diciembre a la intemperie al lado de la ventana, o incluso lo sitúan bajo la cama.
Se dice que la forma que adopte el huevo será lo que depara el nuevo año.
Redacción Maduradas con información de BBC Mundo.
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