Poco antes de ser asesinado, el presidente de Haití, Jovenel Moïse, había pedido apoyo internacional y la colaboración de los sectores de la sociedad para acabar con las bandas armadas en su país.
AP
El domingo 20 de junio, Moïse ofreció un discurso donde señaló que no pedía que intercedieran tropas extranjeras, sino un “compromiso” internacional en la lucha contra la inseguridad que atraviesa su país, recalcando que no estaba solicitando una intervención como la que desarrolló la ONU entre 2004 y 2019.
“El país ha estado en un ciclo infernal de violencia durante los últimos 18 años. Un ciclo infernal de inseguridad. Y este ciclo nos pone en una situación en la que todo el tiempo estamos obligados a apagar el fuego”, señaló.
También se dirigió a los más de 4.000 haitianos que tuvieron que abandonar sus hogares por la violencia de las bandas armadas.
“A los desplazados les digo que el Estado no está de brazos cruzados. La Policía está trabajando duro para que puedan volver a sus casas. Porque nadie puede expulsarlos. La vida de los bandidos es muy corta”, manifestó.
Redacción Maduradas con información de La Nación.
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