La noche del martes 24 de noviembre, horas antes de la muerte de Diego Armando Maradona, la cocinera le preparó sándwiches de miga, pero el astro no los comió. Así se desprende de los detalles de cómo estaba y qué había en el dormitorio de la casa del barrio San Andrés, en el complejo Villanueva, en Tigre.
Fernando Pérez / Crónica
«En la habitación estaban intactos los sándwiches de miga que la noche previa le había dejado la cocinera para cenar. También se hallaron varias cajas de psicofármacos y ampollas de otro tipo de medicamentos, como Taural y Reliveran», según informó la agencia de noticias Télam.
Maradona estaba alojado en la casa alquilada del barrio San Andrés desde el 11 de este mes, después de que su médico personal, Leopoldo Luque, firmara el alta médica para que su paciente abandone la Clínica Olivos donde había sido operado de un hematoma subdural en la cabeza.
Los fiscales determinaron que la primera ambulancia en llegar al lugar lo hicieron a las 12:28 pm, 11 minutos después de que el secretario personal de Maradona llamara a la emergencia médica.
Según informó Télam, la orina y la sangre extraídas en la operación de autopsia de Maradona comenzaron ayer a ser analizadas para los exámenes toxicológicos ordenados por la Justicia.
Las muestras fueron remitidas a los laboratorios que la Policía Científica de San Martín, cuyos expertos serán los encargados de detectar si el exfutbolista tenía rastros de alcohol o algún tipo de droga, fármaco o sustancia tóxica.
La autopsia determinó que Maradona murió a las 12:00 del mediodía como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrió en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
Redacción Maduradas con información de La Nación
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