En el marco de la consulta pública sobre el destino de la Torre de David iniciada por el Ministerio del Poder Popular para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas organizaron un foro denominado “Una torre para la ciudad o ¿una ciudad para la torre?” que se realizó en el en la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño.
Allí para sorpresa de mucho se encendió un acalorado debate entre el ministro Ernesto Villegas y representantes de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria quienes exigieron una mesa dialogo para la devolución del Sambil Candelaria a sus legítimos dueños, el desalojo de la invasiones del norte de Caracas y que la torre David debatida se convierta en el nuevo Gran Palacio Municipal.
Carlos Julio Rojas, coordinador de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria, informó que cumplieron su promesa hecha hace días de entregar el físico el proyecto de mesa de diálogo para definir el destino del Sambil Candelaria, en el cual piden que el ejecutivo nacional se siente con vecinos, comerciantes expropiados y las constructora Cohen para de forma participativa debatir el tema. “Exigimos que la estructura sea devuelta a sus legítimos dueños y sea usada para su objetivo original que es un centro comercial, así brindar 4mil empleos directos, 6 mil indirectos y 2500 puestos de estacionamiento. También ratificamos nuestra propuesta que en parte del piso 4 se instale el proyecto Ciudad Comunal para las oficinas estatales”, dijo.
Rojas señaló que el debate sobre la Torre de David y el Sambil Candelaria debe hacerse de forma plural, participativa y democrática con todas las corrientes del pensamiento presentes, ya que en los dos días de debate se ha partidizando el tema suscribiéndolo al clima de polarización. “Ayer sin miedo acudimos al Teatro Teresa Carreño como lo anunciamos y pudimos expresar a pesar de las agresiones verbales nuestra opinión como verdadero popular sobre el destino de estas estructura. El debate con Villegas fue fuerte y dijimos verdades pero todo bajo los patrones de la tolerancia, el pensar distinto no significa un enfrentamiento u odios”.
El también integrante del Frente en Defensa del Norte de Caracas, encaró al ministro Ernesto Villegas y exigió el desalojo de las invasiones que afectan al norte de Caracas, donde además de focos de inseguridad viven personas en condiciones inhumanas y merecen un trato digno. “En Candelaria tenemos 28 tomas ilegales, 37 en El Recreo, 10 en San Bernardino y más de 40 entre Altagracia y San José. Además de los altos niveles de inseguridad al lado de estas tomas ilegales es un deber del Estado darle vivienda digna a miles de personas que viven en forma paupérrima, casos como la Torre Viasa o Radio Continente lo reflejan”, afirmó.
Manifestó que la comunidad de Candelaria y del norte de Caracas rechazan el proyecto presentado por el Ministerio de Vivienda y Habitad en el cual plantean convertir el Sambil Candelaria en un centro de convenciones, ignorando que esta estructura no ha sido pagada a los más 250 comerciantes expropiado y que sería una franca violación a la propiedad privada. “Eso no debe ser una decisión unilateral del ejecutivo y confiamos en la palabra de Ernesto Villegas que esta sea solo una propuesta, ratificamos que la consulta a todos los sectores involucrados a través de una verdadera consulta pública sería la solución al conflicto. Ratificamos que el Sambil debe ser devuelto a sus dueños”.
“Palacio Municipal, sitio de reunión del poder popular residencia para familiares de hospitales fueron algunas de las propuesta presentadas”, así lo reportó La Patilla.
Por su parte Jorge Camperos, vecino del norte Caracas, propuso que las organizaciones sociales y del poder popular no tiene sitio donde reunirse, claro deben participar todas las corrientes del pensamiento y que mejor sitio para este fin de la antigua Torre Confinanzas. “También se podría colocar en parte de la estructura un hotel para los familiares de pacientes del Hospital JM de los Ríos, y de igual manera mentemos la idea que esto podría ser el nuevo Palacio Municipal de Caracas”, expresó.